Último adios al arpista Omar Moreno

¡Cuéntale a los demás!

Eduardo Parra Istúriz

(RCA – 03/01/2023) Omar Moreno Gil, veterano arpista del llano venezolano, falleció en la madrugada de este martes 3 de enero, a sus 80 años. Se trata de un baluarte del joropo y de la música llanera en general, que compuso e interpretó gran cantidad de canciones, exaltando sus raíces indígenas.

Efectivamente, Moreno era descendiente de indígenas Pumé y siempre tuvo presente a los pueblos indígenas en sus composiciones. Había nacido el 12 de marzo de 1942 en Guáchara, estado Apure, al sur del país, dentro de una familia musical, porque su papá, Marcos Moreno, era arpista.

Moreno Gil compuso temas como Tradición Pumé, Bilingüe Pemón, Invasión a América, Amboea, Llanero Pumé o Canto Yaruro, temas en los que usa las lenguas indígenas y que se dedicaron a las costumbres de tales comunidades. Sin embargo, las canciones más conocidas en las que se puede apreciar su talento son Una casita bella para ti y Vestida de Garza Blanca en sus grabaciones originales, con Cristóbal Jiménez.

El arpista sin arpa


Omar Moreno era tan humilde que no tenía arpa, así que dependía de que le prestaran alguna, y no fue hasta 1963 que, movido por la amistad, Eladio Tarife, autor de Linda Barinas, se dedicó a fabricar un arpa, que luego le regaló.

“En el Cajón del Arauca donde yo nací, primero vi tocar el arpa a mi padre Marcos Moreno, y cuando tuve uso de razón conocí a Manuel Tovar, yo lo escuchaba tocando con una digitación muy sencilla y eso me inspiró y tomé la iniciativa de aprender esa forma de tocar el arpa, con tres dedos sin hacer tantos sostenidos”, relato Omar Moreno al profesor Benito Irady en una entrevista de 2017.

Esa arpa fue la que se usó para grabar por primera vez la canción que inmortalizó a Tarife, Linda Barinas. Esta es, sin duda, junto a las ya mencionadas, también con voz de Cristóbal Jiménez, una de las más conocidas en las que él participó.

Más adelante, Moreno hace referencia a los cambios en las formas y estructuras del arpa llanera, que anteriormente eran muy rudimentarias: “Antes en el llano se construían unas arpas enterizas que no tenían cuchilla y eran delgaditas, a esas arpas las llamaban venadas y las cuerdas que le ponían se preparaban de cuero de animales o de vísceras del rabipelado, del chivo o de la res, yo las conocí y eran de 28 cuerdas y no de 33 como ahora…”

Esto nos da una idea del conocimiento histórico acerca de la música llanera que acabamos de perder con la ausencia del maestro.

El legado de Omar Moreno

Como habíamos dicho, Omar Moreno nació en 1942 y siendo niño se vio rodeado de músicos, razón por la que sintió la vocación llamarlo. En 1958 se dispuso a aprender de los grandes, así que se movió a San Fernando de Apure, donde se relacionó con el “Indio” Ignacio Figueredo, quien lo incorporó a su conjunto.

De ahí en adelante, comenzó a recorrer el país hasta que llegó el turno de su primera grabación, un sencillo de 78 RPM con la cantante Carmen Avendaño. Más adelante, sumó a su talento como arpista una gran inquietud como productor musical, llegando a fundar dos sellos disqueros dedicados a la música llanera: Cachilapo y Lolimar.

Mediante sus sellos disqueros impulsó las carreras de varios artistas, tales como Cristóbal Jiménez, Francisco Montoya, Jesús Moreno o Pedro Rodríguez. En su doble condición de músico y productor, fue uno de los arpistas con más grabaciones, dado que acompañaba a decenas de cantantes.

Son suyas las notas del arpa en muchos discos de Ángel Custodio Loyola , Eneas Perdomo, José “Catire” Carpio, José Alí Nieves y muchos más. Se considera que grabó más de 3600 temas en total, así que la próxima vez que usted tena en sus manos un disco de música llanera, revise los créditos porque es muy posible que allí estén las manos del maestro Omar Moreno Gil.

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