Cuentan que era una fría tarde de la última semana de noviembre de 1970 cuando Héctor Lavoe decidió visitar a su hermana Priscilla en su apartamento de Bryan Avenue, en el Bronx. Las bulliciosas calles de Nueva York, con una temperatura de 7 grados celsius y adornadas con los primeros destellos de la Navidad, evocaban en Héctor una nostálgica melancolía por su infancia en Puerto Rico. Recordaba en ese momento las celebraciones navideñas llenas de color, música y alegría, animadas por la bomba, la plena y los tradicionales «asaltos».
Al llegar, Priscilla le mostró un disco que llamó su atención: El Cantor de la Montaña en controversia con La Calandria, del trovador Flor Morales Ramos, conocido como “Ramito”, junto a la trovadora Ernestina Reyes. Estaban acompañados por el Conjunto Rosas del Plata de Cheo Rivera. Fascinado, Héctor escuchó las décimas de «Patria y amor», interpretadas con maestría por Ramito, a quien había visto en Ponce en uno de sus conciertos de 1963, semanas antes de emigrar a Nueva York. Escuchar el vinilo le transportó a su tierra natal, reviviendo con intensidad ese episodio de su vida. Aunque el disco había sido lanzado en 1965 en la Gran Manzana, no fue sino hasta ese día que Lavoe tuvo la oportunidad de disfrutarlo.
Durante su visita, Héctor se reencontró con un amigo de la infancia, Roberto García, un talentoso cuatrista que lideraba un sexteto en el Barrio Latino. Juntos ensayaron «Patria y amor», y Héctor quedó tan impresionado que decidió compartir esta joya musical con su socio, Willie Colón. Con entusiasmo, le propuso incluir la canción en su próximo álbum. Willie, intrigado, aceptó la idea y sugirió ampliar el proyecto para incorporar otras canciones tradicionales. Sin embargo, para llevarlo a cabo, necesitaron la aprobación de Jerry Masucci y Johnny Pacheco, los directivos de Fania. Masucci, con ese agudo instinto empresarial, vio la oportunidad de crear no solo una canción, sino una producción completa inspirada en la Navidad. Así nació la idea de Asalto Navideño, un álbum destinado a capturar el espíritu decembrino puertorriqueño y llevarlo a toda América Latina.
Asalto con Yomo
La grabación del disco comenzó de manera apresurada en la primera semana de diciembre de 1970, y contó con la participación especial del virtuoso cuatrista Yomo Toro, invitado por Roberto García. Curiosamente, algunos productores habían sugerido incluir una guitarra eléctrica, pero Héctor y Roberto rechazaron la propuesta, defendiendo la autenticidad del cuatro puertorriqueño. Fue entonces cuando García contactó a Yomo Toro, quien aceptó con entusiasmo, no tanto por el proyecto en sí que de hecho le interesaba y mucho, sino por la oportunidad de colaborar con Willie Colón y Héctor Lavoe. La presencia de Yomo no solo introdujo el sonido del cuatro puertorriqueño en la salsa, sino que también aportó un toque distintivo que convertiría al álbum en un clásico.
Las sesiones de grabación estuvieron llenas de creatividad y camaradería, algo que se percibe desde el primer acorde de canciones como La Murga y Aires de Navidad. Al salir el disco, los fanáticos de la dupla fueron transportados a las calles de Puerto Rico, donde las parrandas y los asaltos navideños son una tradición. La Murga, con su contagiosa mezcla de ritmos y melodías, capturó la esencia de la música festiva panameña y demostró cómo las tradiciones culturales pueden cruzar fronteras y fusionarse en algo único. Cada nota transmitía la alegría y el espíritu de la Navidad.
El álbum fue un éxito rotundo. La Murga, Aires de Navidad y Esta Navidad se convirtieron en himnos de la temporada navideña. El éxito de Asalto Navideño motivó la creación de una segunda parte, Asalto Navideño Vol. 2, lanzada en 1973 y de donde surgió el éxito La Banda. Cada año, al escucharse las primeras notas de estas canciones, es como si el tiempo retrocediera y las luces navideñas cobraran un brillo especial.
La clave del éxito
La contribución de Yomo Toro es importante destacarla porque fue clave para el éxito del proyecto. Víctor Guillermo Toro Vega Ramos, mejor conocido como Yomo Toro, era un maestro del cuatro y un símbolo de la música jíbara puertorriqueña. Su habilidad y versatilidad lo convirtieron en una figura esencial dentro del universo de Fania, donde destacó no solo como músico, sino también como un showman en los conciertos.
Asalto Navideño se extendió más allá de su época. En 1979, Héctor Lavoe, junto a Yomo Toro y Daniel Santos, grabaron el disco Feliz Navidad, otro clásico navideño de la salsa que mezcló ritmos latinos con letras alegres en español e inglés. Sin embargo, Asalto Navideño sigue siendo el favorito de la temporada. A más de cinco décadas de su creación, su espíritu sigue vivo, recordándonos que hay música que nunca pasa de moda.
Cuando suena la voz de Héctor, el trombón de Willie y las cuerdas del cuatro de Yomo Toro, es como si las fiestas cobraran vida de nuevo: «Ya van a empezar las fiestas, las fiestas de Navidad, y el jibarito cantando a todos nos va a alegrar.» Así, Asalto Navideño se convirtió en un legado inmortal, un símbolo de la alegría y la tradición que acompaña a las Navidades en toda América Latina.