La guitarra brilló con La Peña Venezolana

Eduardo Parra Istúriz

(RCA / 18/10/2022) La guitarra venezolana fue protagonista cuando La Peña Venezolana dio un hermoso concierto en Buenos Aires, teniendo como principal exponente del instrumento hispano al maestro Néstor Viloria.

Fue una ocasión para recordar a algunos de los más destacados compositores de la música venezolana pensado para este cordófono, como el gran maestro Antonio Lauro, Rodrigo Riera o el recientemente fallecido Aquiles Báez.

Además de los valses clásicos de Lauro, como Natalia o Petronila, Viloria interpretó formas clásicas del joropo como Los Diamantes, del “Indio” Ignacio Figueredo; Sentimiento Apureño de Francisco Montoya, teniendo como cómplices a la maraquera Marina Viloria y el cuatrista Eduardo Parra Istúriz; un formato de trío en el que la guitarra siempre llevó la melodía principal.

Viloria abordó también como solista el Preludio Criollo de Rodrigo Riera y La casa azul, de Aquiles Báez, lo mismo que un tema muy delicado y de su propia autoría denominado Frágil, dedicado a su hija Marina.

La guitarra no canta sola

Por otra parte, no faltaron canciones que requirieron la presencia de cantantes y, rompiendo la tradición de comenzar con las damas, Viloria llamó al escenario a Luis Zárraga, quien debutó como vocalista de La Peña Venezolana con temas como Un heladero con clase o el clásico de Manuel Yánez, Viajera del río.

También se hizo presente Diohanney Quintero, quien deleitó al público con cinco temas, entre ellos Señor Jou y Media Luna Andina. No fue menor la participación de Rosmary Díaz con Todo este campo es mío, de Simón Díaz, y el hermoso tema La Mañana, de Aquiles Báez.

Para cerrar el evento, se volvió a reunir el trío inicial, al que se añadió el virtuoso guitarrista Rubén Gavidia, quien le puso toques de genialidad a El Diablo Suelto de Heraclio Fernández.

La noche no podía completarse sin incorporar el tema A mis hermanos, sabrosísimo merengue de Báez, cuyo recuerdo inspirador llenó con su alegre energía todo el concierto.