El bolero es declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

El bolero, ritmo romántico por excelencia en Latinoamérica y originario de Cuba, ha pasado a formar parte de la Lista Representativa de la Herencia Cultural Intangible de la Humanidad, registrado de ese modo ante la Unesco. La decisión se dio a conocer mientras un comité de este organismo lleva adelante una reunión en Botsuana.

Eduardo Parra Istúriz

(RCA – 06/12/2023) Para los hispanohablantes es conocida la tradición y el arraigo con que cuenta el bolero en toda Hispanoamérica (sí, porque en España también es muy popular), y abundan los nombres de artistas que desde la aparición de las grabaciones y hasta hoy han hecho carrera como cantantes de boleros.

El auge del bolero durante el Siglo XX fue tal que hay al menos un bolerista destacado por cada país latinoamericano y en rigor sería imposible hacer una lista de boleristas sin ser injustos, porque siempre faltaría algún genio de la composición o de la interpretación.

Con todo esto a cuestas, El Ministerio de Cultura de Cuba y la Secretaría de Cultura del Gobierno mexicano presentaron el expediente Bolero: identidad, emoción y poesía hechas canción como candidato a Patrimonio de la Humanidad, y tras la declaratoria, la composición, interpretación y transmisión de el bolero ahora son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

“El bolero es una parte indispensable de la canción sentimental latinoamericana, con un fuerte carácter lírico enraizado en Cuba y México, una amalgama cultural que combina el lenguaje usado en la poesía europea, con ritmos africanos de personas esclavizadas y los sentimientos de los nativos americanos”, indica el primer párrafo de la declaración, originalmente en inglés.

Es importante destacar que en esta declaración no se aclara el origen del bolero, aparecido en Santiago de Cuba en 1883, cuando José Pepe Sánchez creó Tristezas, considerado hasta hoy el primer bolero, tema que refiere a la Guerra de Independencia Cubana.

El bolero ¿de Cuba y México? La polémica

La decisión tomada por el Ministerio de Cultura cubano, de apoyar un expediente en conjunto a sus pares mexicanos ha sido objeto de fuertes críticas por parte de investigadores cubanos, quienes defienden con vehemencia la cubanía de este ritmo.

Rosa Marquetti, destacadísima musicóloga y autora de ese país, ha planteado que se trata de una concesión política por parte de sus paisanos en favor de “los chicos de AMLO” (López Obrador, presidente de México).

La escritora, visiblemente molesta por la forma en que la agencia de noticias EFE trató la información, ilustrándola con una foto de unos mariachis, declaró lo siguiente:

“Estas concesiones políticas traen estas confusiones. Nuestros políticos le hacen este regalo a los chicos de AMLO en momentos en que lo que debiéramos hacer los cubanos y sus instituciones es reforzar y difundir más nuestros géneros autóctonos, como lo que son: algo nuestro, creado y desarrollado por los cubanos.”

Y continúa:

“Los norteamericanos no se enyuntaron con Cuba para reclamar su incuestionable paternidad del jazz y su desarrollo, por mucho que hayamos contribuido a la existencia del latin jazz; los argentinos no permiten que nadie les dispute su preeminencia en el tango, por mucho que se interprete en otros países. España no comparte el flamenco con nadie. Jamaica defiende sola el reggae; Brasil no comparte la samba con ningún otro país por más que en el mundo entero canten La Chica de Ipanema; y a los boricuas nadie puede decirles que compartan el reguetón, pero el gobierno cubano ha utilizado el bolero como instrumento de política exterior.

¡¡¡Qué bueno hubiera sido saber la opinión de Pepe Sánchez, su creador; de César Portillo de la Luz, de José Antonio Méndez, Piloto y Vera, Bola de Nieve, René Touzet, y de tantos y tantos otros creadores cubanos que no le debieron nada a nadie en el camino del desarrollo del bolero!!!”

En México el bolero aparece primero en la península de Yucatán, punto del país más cercano a Cuba, y el primero grabado y popularizado en el país fue Morenita Mía, de Armando Villarreal Lozano, recién en 1921.

Una postulación con apoyo charro

Esta opinión resume buena parte de la indignación de quienes defienden la exclusividad cubana respecto al bolero; pero es que tras una declaratoria como la realizada por la Unesco hay mucho más en juego. Declarar a un bien cultural como Patrimonio de la Humanidad, obliga a la comunidad internacional a efectuar aportes de toda índole -también en metálico- para la salvaguarda y custodia de dicho bien cultural.

Al permitir que el expediente entrase por parte de dos países, tales aportes no pasarán directamente a Cuba, sino que se dividirán entre los dos países postulantes. Por otra parte, una decisión como esta desdice de todo el esfuerzo hecho por una enorme cantidad de musicólogos e historiadores para documentar la cubanía del bolero.

Por otra parte, los aportes mexicanos al bolero son innegables: México incorporó a la corriente del bolero compositores como María Grever o Armando Manzanero; así como la aparición del formato de tres voces y guitarras, al estilo de Los Panchos.

Esta candidatura del bolero fue apoyada en México por el Instituto Bolero México (IBM) y la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, lo que probablemente explique la coautoría del expediente.

En Radio Café Atlántico desconocemos las verdaderas razones por las cuales el expediente de un bien cultural inequívocamente cubano ha incluido a México, pero consideraríamos inaceptable un expediente conjunto con Colombia en torno al joropo, que es 100% venezolano.

En todo caso y más allá de la polémica, nos alegra enormemente la inclusión del bolero en la Lista Representativa de la Herencia Cultural Intangible de la Humanidad, y los invitamos a que escuchen más boleros, que casi todos son hermosos.