En una ocasión asistimos a un recital de Esperanza Márquez en una de las tantas salas con programación gratuita que había en Caracas. Esperanza es una de las más conocidas cantantes de música tradicional venezolana aunque también ha grabado boleros y en general música de nuestro continente.
En esta ocasión la acompañaban músicos de postín, como suele ocurrir, y entre ellos el bajista fundador del Ensamble Gurrufío, David Peña, conocido popularmente como “El Zancudo”, dado que es un tipo flaco y largo, que recuerda a estos insectos.
Estábamos todos ordenados, esperando a que arrancase la función y se ve que estaba planificada una introducción a cargo de los acompañantes; unos temas instrumentales. En escena estaban ya el guitarrista, el cuatrista, el percusionista, pero pasaba el tiempo y no aparecía David, quien al parecer estaba en los camerinos.
La gente empezó a aplaudir rítmicamente, con esa no tan sutil forma de apurar el espectáculo y demostrar que quieren escuchar. En un silencio entre aplausos y aplausos, uno de los músicos toma un micrófono y, aprovechando la amplificación de su voz, dice “¡Apúrate, Zancudo!”
A lo que respondió la voz de Esperanza Márquez, a todo pulmón: “¡Ahí va volaaaandooo!”
Las risas no se hicieron esperar y la anécdota quedó en nuestras memorias…