Es posible que con la Gran Misión Viva Venezuela se acaben irregularidades que siempre han rondado a la música y manifestaciones de tradición, así como populares, sobre todo regionales aunque la capital también lleva lo suyo en este asunto.
-”Épale, necesito que me animen el templete de tal parroquia”
-¿Y cuánto nos ofrece?
– “Caramba, ustedes montándose ahí ya tienen tremenda promoción y eso se les va a reflejar en contrataciones. Ya saben, es que estamos pelando porque las sanciones y todo lo que ustedes saben, pero será un favor que le harán a su municipio, queridos músicos”.
Y entonces las orquestas que se han sudado lo suyo para comprar un trombón o los grupos de tradición, que no tienen ni para el pasaje del estado tal a Caracas, hacen el esfuerzo del gratis porque eso se verá compensado como “promoción”. Muchos testimonios hay.
La cosa es que un poquito más allá el mismo personaje está contratando billete en mano (muchas veces sin factura, ergo: sin auditoría) a grupos con notoriedad mediática, respetables, y con sus honorarios bien claros e irrreversibles. Pero eso no es todo, porque ellos también salen esquilmados.
Un poquito mas allá el mismo personaje está contratando en dólares al grupo internacional de moda, recomendado por un amigo “que ese grupo sí que mete gente en la plaza y lo que queremos es la plaza llena”.
Esperamos que la Gran Misión Viva Venezuela le de un parao a ese “gratis promocional” y a la importación de desechos musicales, y que el gobierno intervenga enérgicamente para también darle otro parao a tantos alcaldes y gobernadores que dilapidan “para que la plaza se vea llena, que eso es lo que queremos”.
Por nuestra parte lo que no queremos millones de venezolanos es que se eleve el nivel del oportunismo y la alienación, sino el nivel de conciencia social, histórica, cultural.
Memoria.
Lil Rodríguez
