Tres genios, dos voces, una canción y una calle: La historia de Caminito

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Un poeta, un músico y un pintor, sin ponerse de acuerdo, cambiaron la historia y la geografía del barrio de La Boca, y por extensión, el de la capital Argentina, Buenos Aires. De poema a canción y de canción a calle, Caminito es un ícono de la ciudad porteña.

Eduardo Parra Istúriz

(RCA – 08/03/2024) Comencemos por el final: la calle Caminito, punto clave de intensa actividad turística en la ciudad de Buenos Aires, no le dio nombre a la canción: fue al revés; la popularidad de la canción hizo que algunas personas se planteasen crear una calle llamada Caminito, que resultase funcional al turismo local, y lo lograron con creces.

El músico de Caminito

La historia es interesante y la traemos a colación porque el 8 de marzo fue el día en que nació el compositor de la canción, Juan de Dios Filiberto, (1885 – 1964) un autor importante en la historia del tango, con o sin Caminito, porque también escribió Clavel del Aire, Malevaje y Quejas de Bandoneón, entre muchas otras obras.

Juan de Dios Filiberto

La canción que a día de hoy han interpretado tantas voces se escribió en 1923 y fue grabada en 1926 por Carlos Gardel, con limitado éxito. Fue la versión de Ignacio Corsini la que la popularizó en Argentina, aunque sí, Gardel la llevó (y al tango) al resto del mundo.

Filiberto se había inspiró en un poema escrito ¡23 años antes!; un poema que hablaba acerca de un amor imposible y que ponía como testigo del amor y el dolor a un mentado caminito, en donde tal vez los amantes se encontraban.

El poeta de Caminito

La letra de Caminito pertenece a un poeta llamado Gabino Coria Peñaloza, quien había nacido en 1881 y que conoció a Filiberto en 1920, precisamente en el barrio de La Boca. Ambos trabaron amistad y crearon juntos unos cuantos tangos, pero mucho antes, Coria había sufrido por amor y había escrito el poema titulado de ese modo.

Busto de Gabino Coria ubicado en Caminito.

Coria Peñaloza vivió en un pueblo de la provincia de La Rioja llamado Olta (hoyo, hueco, en idioma cacán, de la etnia Diaguita), en donde sostuvo un romance con una profesora de música llamada María. Por ese entonces rondaba los 20 años. Cuando los padres de María supieron del romance, obligaron a la muchacha a mudarse, forzando la ruptura y dando pie a la inspiración para el hoy famoso poema.

La verdad es que el caminito al que hace referencia la canción sí existe, pero no en La Boca, sino en Olta, y era un sendero de unos dos kilómetros de largo en esa localidad rural. Se presume que era un sitio en el que se veían los tórtolos.

El pintor de Caminito

El tercer genio en esta historia es el pintor Benito Quinquela (1890 – 1977), un huérfano que fue adoptado por un matrimonio italiano, cuya genialidad lo llevó a superar todos los escollos que le presentó la vida y cuyo amor por el barrio de La Boca lo impulsó a generar un tremendo desarrollo local, por medio del arte, el color y la pintura. Devenido en héroe local de La Boca, donó numerosos edificios a su barrio y hoy el hermoso Museo de Bellas Artes de La Boca funciona en el edificio que fue su residencia.

Pero hace 100 años, pocos más o menos, Quinquela era un pintor incipiente, que puso en contacto al poeta y al músico antes descritos, facilitando una amistad muy productiva.

Benito Quinquela junto a uno de sus cuadros en fotomontaje de Infobae.

Más adelante, cuando ya la canción Caminito era mundialmente conocida, el mismo Quinquela presenta, junto a otros vecinos de la zona, un proyecto para recuperar un terreno abandonado, por donde pasaba antiguamente un tren, que dejó de funcionar en los años 20.

“Un buen día se me ocurrió convertir ese potrero en una calle alegre. Logré que fueran pintadas con colores todas las casas de material o de madera y zinc que lindan por sus fondos con ese estrecho caminito (…)Y el viejo potrero, fue una alegre y hermosa calle, con el nombre de la hermosa canción y en ella se instaló un verdadero Museo de Arte, en el que se pueden admirar las obras de afamados artistas, donadas por sus autores generosamente.”, explicó Quinquela.

Hoy en día, la Calle Caminito es el centro indiscutible del barrio de La Boca y es el lugar turístico más colorido y visitado de toda la República Argentina. Definitivamente al Caminito, el tiempo no lo borró.

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