Eduardo Parra Istúriz
(RCA – 14/01/2023) Más tropiezos de Mastropiero se estrenó este jueves en la ciudad de Buenos Aires y, por supuesto, estuvimos allí para disfrutar de lo que fue un espectáculo extraordinario en lo humorístico y en lo musical, como todos los de Les Luthiers.
Curiosamente, la función a la que asistimos fue, literalmente, el principio del final, porque era la primera de la gira de despedida.
Cuando compramos las entradas, meses antes del evento, no sabíamos que los integrantes históricos y activos de Les Luthiers decidirían que esta sería la última aventura de Mastropiero, y la gira final de la agrupación, así que al entrar al teatro Ópera Orbis la emoción estaba a flor de piel.
Fuimos expectantes, porque anteriormente, cuando veíamos a Les Luthiers, el espectáculo estaba dominado por los integrantes históricos del conjunto, Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés, Carlos López Puccio y Jorge Maronna. No alcanzamos a ver en persona a Daniel Rabinovich, fallecido en 2017.
Entonces Les Luthiers era una agrupación titular con suplentes. Ahora, tras el retiro de Núñez y el fallecimiento de Mundstock, nos encontramos con mayoría de reemplazos y sólo dos miembros históricos. Esto, cabe aclarar, no demerita en lo absoluto el trabajo de los integrantes más nuevos; por el contrario, eleva la dificultad, porque nunca es fácil tomar el lugar de personas tan talentosas y queridas.
Desde acá nuestra felicitación a Roberto Antier, Tomás Mayer-Wolf, Martín O’Connor y Horacio Tato Turano, quienes se lucieron en esta presentación.
La entrevista a Mastropiero
Sin ánimo de adelantarles más de lo debido, les puedo contar que durante el espectáculo hay una entrevista de televisión en la que Mastropiero es interrogado acerca de diversos temas, dando lugar a disparatadas respuestas y a una sucesión de recuerdos que permiten la fluidez de la obra.
Casi todo el espectáculo, escrito por López Puccio y Maronna, es nuevo, con gran profusión de juegos de palabras, guiños a shows anteriores, y una novedosa dosis de incorrección política en la que hacen crítica a los excesos que se cometen en nombre de la igualdad de género.
También en esta ocasión las críticas en materia de economía y política, que normalmente eran muy sutiles, esta vez fueron un poco más directas. Los genios incluyeron espacios para el recuerdo al interpretar la Aria Agraria, Vote a Ortega y Pasión Bucólica, gratos segmentos de espectáculos anteriores.
Los recuerdos de Mastropiero también fueron excusa para mostrar una de las facetas más maravillosas de la agrupación, una muestra de la colección de instrumentos informales, entre los cuales se destacó un órgano de pistones en el que fueron sumándose de a poco cuatro de los seis extraordinarios músicos.
Además, en ese momento pudimos ver el Nomeolbidet (un contrabajo hecho a partir de un bidet), la trompeta de embudo, el latín y por supuesto, el legendario Bass-Pipe a vara, cuya simple presencia evocó la imagen de Daniel Rabinovich y una salva de aplausos emocionados por parte del público.
Aunque este tema parecía ser el cierre de la puesta en escena, aún hubo tiempo para ofrecer una divertidas clases de música y para develar el mayor de los secretos de Mastropiero, pero, como deben adivinar, no se lo vamos a contar… todavía quedan entradas.
[…] ¡Se acabó Mastropiero! […]