Mientras el Caribe sigue conmocionado por la muerte de Rubby Pérez en trágicas circunstancias, se siguen gestando en todas partes nuevas situaciones que lamentar, tanto en el área de seguridad como en la esfera informativa, pero sobre todo en la conciencia ciudadana. ¿Aprenderemos?
Eduardo Parra Istúriz
(RCA – 10/04/2025) El colapso del techo de la discoteca JetSet Night Club con su saldo trágico, de más de 215 personas fallecidas hasta ahora, es apenas una muestra del alto precio que suele cobrar la ambición, la negligencia y la corrupción.
Y digo esto de la negligencia y la corrupción porque República Dominicana, al igual que el resto de nuestros países, cuenta con normativas de seguridad y con un cuerpo de funcionarios preparados para garantizar la seguridad del público asistente a este tipo de eventos. Sin embargo, la tragedia de JetSet Night Club desnudó (y seguirá revelando) una cadena de omisiones que propiciaron este hecho lamentable.

El edificio en el que se encontraba la discoteca albergaba el Cine Portal, de cuya historia pudimos obtener poca información, aunque amigos dominicanos plantean que fue erigido en los años ‘50. El edificio transformó su uso en los años ‘70, cuando los dueños de la discoteca, que funcionaba en otro local, la trasladaron a su emplazamiento final.
Voces que no se escucharon
El local ahora derrumbado era un edificio con más de 6 décadas, sometido al desgaste propio del salitre por estar frente al mar. En 2023 se presentó un incendio que debilitó la estructura; sin embargo, no se procedió a demoler el área afectada para su reconstrucción completa, sino que se limitaron a levantar paredes y cuidar la estética.
De acuerdo con planteamientos del ingeniero civil Villijant Tavárez, es posible que la losa del techo se haya debilitado por el tiempo y filtraciones que debilitan las varillas de metal de la estructura y que, al tratarse de un techo, no se consideró agregar peso a esa losa. “Pudimos ver una losa que estaba sobrecargada, o sea, arriba había unas plantas eléctricas y eso no está diseñado para eso”. Los aires acondicionados y los sistemas de sonido y luces, por debajo, pueden haber contribuido a la caída.
La discoteca se hacía notar, sobre todo, porque era costumbre que allí se hicieran fiestas en día lunes (mientras la gente común quiere dormir porque el martes debe trabajar), a las que solían asistir figuras destacadas del país y del exterior. No es de extrañar que entre los fallecidos se encuentren, además del cantante Rubby Pérez, su saxofonista y amigo Luis Solís; la gobernadora Nelsy Cruz y los peloteros Octavio Dotel y Tony Blanco Cabrera.
“Ha tocado la de aquí a gente de mucho poder, familias de empresarios muy ricos de República Dominicana que estaban en la fiesta y que como tal es difícil que el Estado no le preste atención” nos cuenta un amigo dominicano, por privado.
Más allá de JetSet Club
Pocos días antes del colapso de JetSet Night Club, una situación también relacionada con la seguridad en este tipo de eventos conmocionó a México, cuando dos fotógrafos fallecieron, víctimas de un parapeto publicitario que se desplomó por la brisa durante el Festival Axe Ceremonia; se trataba de Berenice Giles Rivera y Miguel Ángel Rojas Hernández.
Literalmente, a estos muchachos, que rondaban los 20 años cada uno, les cayó encima una valla publicitaria de metal que se sostenía elevada sobre un andamio portátil. Al soplo del viento, la valla funcionó como una vela, cediendo los anclajes del andamio, que está diseñado para resistir peso en dirección hacia el piso, no lateralmente. ¿Es que acaso no hay gente responsable trabajando para que esto no ocurra?

Pocos meses antes, la cantante colombiana Shakira, había suspendido dos fechas, alegando que no estaban dadas las condiciones de seguridad para el andamiaje que la artista transporta. La reacción en las redes fue horrenda, pero eventos como los antes mencionados le dan la razón a ella y sus equipos de trabajo. El escenario y los elementos que ella transporta consigo pesan cerca de dos toneladas; por eso es importantísimo atender a los detalles que permiten evitar este tipo de accidentes.
La ciudadanía local había hecho ya varias denuncias relacionadas sobre todo con el ruido y las vibraciones, además de otras observaciones acerca del peso que se le había añadido al techo. ¿Que historia estaríamos contando si esas denuncias hubiesen tenido un eco notable en los medios de comunicación?.
El papel y las limitaciones de los medios
Y eso nos lleva a otro tema que es central en la prevención de estas tragedias. Los medios de comunicación tienen (tenemos) el deber de comunicar correctamente los eventos; hacer seguimiento y atender a los ciudadanos cuando plantean irregularidades como la señalada más arriba.
Aquí aprovechamos de hacer mea culpa y ofrecer excusas por haber anunciado el martes que Rubby Pérez estaba con vida. Nos guiamos por los testimonios del productor Evelio Herrera (representa a Jossie Esteban y Eddy Herrera entre otros) y la misma hija del cantante, Zulinka Pérez, quienes informaron erróneamente que el cantante estaba con vida. Es decir, actuamos de buena fe.
Sin embargo, a veces la prensa sencillamente no tiene acceso a la información correcta, que suele estar oculta bajo capas y capas de corrupción. Otras veces, el medio pertenece a alguno de los beneficiarios del caso y se excluye el tema de la pauta: en otras ocasiones el medio se vincula a alguna víctima y entonces se emprende una campaña negativa. En cualquier caso es triste que las cosas funcionen de este modo.

Hace más de dos décadas, en Buenos Aires, Argentina, la discoteca Cromañón fue escenario de un pavoroso incendio cuya investigación arrojó resultados inequívocos: negligencia, incumplimiento de normativas de seguridad, aforo excedido; un coctel terrorífico que dio como resultado un saldo de 194 fallecidos. La huella de esta desgracia es profunda en la sociedad porteña y la acción conjunta de los medios de comunicación y la conciencia ciudadana contribuyen a hacer hincapié en la seguridad en este tipo de eventos.
A tomar en cuenta
Esperamos que la tragedia de JetSetClub sea una lección aprendida no sólo por las autoridades, sino sobre todo por la sociedad dominicana y ésta sea capaz de hacer valer su derecho a la seguridad en cualquier lugar en que se encuentre; al fin y al cabo, cuando vamos a un concierto o a una discoteca, los ciudadanos comunes sólo queremos divertirnos.
Llegue nuestra condolencia a todo el pueblo dominicano, a la gran comunidad caribeña, que disfrutó y seguirá disfrutando de la Voz más alta del merengue; y a todos los afectados, en cualquier parte del mundo, por esta desgracia, por demás evitable.
[…] la isla, está de luto, pero también está indignada, reclamando la investigación urgente, el establecimiento de responsabilidades, el clamor de […]