Saludos, Ciudadanos del Caribe, un abrazo y mis respetos. Cierra el mes de mayo en nuestro país con dos actividades culturales y de identidad religiosa afrodescendiente como son los Velorios de Cruz de Mayo y los Diablos Danzantes, el jueves de Corpus Christi.
Entra el mes de junio en el cual tenemos tres fiestas importantes para la comunidad religiosa y de arraigos africanos en nuestro país, la primera es el 13 de junio día de San Antonio con su Tamunangue y Sones de Negros; San Juan el 24 de junio con sus diferentes variantes de golpes de tambor y por último cerramos con la fiesta de San Pedro el 29 de junio.
¿Tambores católicos?
Si bien es cierto que estos santos no tenían nada ver con los africanos esclavizados que trajeron a nuestra América, todos sabemos que durante ese periodo hubo un proceso de aculturación religiosa hacia los esclavizados que consistía en borrarle toda su identidad cultural y religiosa a través de la evangelización. Se les obligó a adoptar una fe que desconocían, sus creencias fueron borradas, totalmente, hasta el punto, en el caso de nuestra Venezuela, que no quedaron rastros de las divinidades que ellos adoraban en su natal África, cosa que no ocurrió en Cuba, Haití o Brasil por ejemplo, donde sí quedó una liturgia muy parecida a la de los ancestros africanos, hasta con un corpus literario rico y extenso, lenguaje y música.
La historia nos dice que los hacendados de la época y la iglesia católica asignaban un santo patrón al cual los esclavizados debían devoción y en las fechas de onomástico del santo católico, a los esclavizados se les permitió manifestar su sentir a través de la música de tambor, los bailes.
El colonizador se apropió de sus cuerpos mas no de sus almas.
Tras la religión católica los esclavizados encubrieron sus propias creencias; es en este contexto que los africanos y sus descendientes comenzaron a asimilar las imágenes de los santos católicos con sus deidades y los rituales católicos con sus rituales ancestrales.
En algunos lugares se promovían cofradías de negros que, en un proceso de inculturación fueron incorporando sus prácticas ancestrales, transmitiéndolas en la cultura del pueblo. Si bien su culto original estaba prohibido, nunca dejó de practicarse y pervivió por siglos dando origen a cultos “africanistas” que hoy conocemos.
El caso venezolano
En nuestro caso, Venezuela, ese sentir, esa identidad de los africanos llegó a permear a algunos santos católicos como San Benito, San Antonio, San Pedro y por supuesto San Juan que según algunos investigadores, han dado origen a un afrocatolicismo.
Dentro de estas manifestaciones tenemos la del San Juan de Curiepe en la zona de Barlovento (estado Miranda); su fiesta se celebra el 24 de junio, pero realmente su festividad comienza desde las 12 del medio día del 1ro. de junio. Como es costumbre, repican las campanas de la Iglesia de Curiepe, con el rítmico sonar de los laures en el cuerpo del tambor mina.
Los curieperos bailan y cantan y se regocijan saludando a San Juan, recordándole que viene su día, e invitando a todo el mundo a disfrutar, el 23, 24 y 25 de junio en sus eventos religiosos y populares en el marco de la celebración de las fiestas a San Juan Bautista: santo que baila, canta, rie y toma aguardiente con nosotros.
Juan el Bautista, hijo de Zacarías e Isabel, predicador de bautismo, el que bautizo al mismo Cristo Redentor, el que borra los pecados, ese mismo al que el arcángel Gabriel le ordenó que no se entregara al libertinaje, el que condenó el adulterio de Herodes.
Al llegar a nuestras tierras nuestro San Juan rompió todas esas prohibiciones y bailamos con él, le tocamos cumaco, mina, curbata, culo’e puya, tambor de San Millán, tambor veleño o coriano, le ofrendamos de nuestras cosechas.
«El negro nació cantando
y cantando morirá,
porque cuando va bogando
cantando se anima más.
El negro nació danzando
y diciendo en su danzón
que la vida va pasando
como el eco del tambor.
Si ves al negro llorando
seguro que está sangrando
en su alma y su corazón,
pero si el negro es bien negro
no sufre mayor desmedro
si tiene danza y canción.»
Disfruten de este repique de tambores a San Juan y… el 23, 24 y 25 de junio no me busquen, ¡Estaré bailándole a San Juan!
