Saludos, Ciudadanos del Caribe, un abrazo y mis respetos. Hubo un acontecimiento histórico que fue el caldo de cultivo para que en Venezuela, específicamente en la zona de El Callao, estado Bolívar, surgieran ricas tradiciones con el aporte afroantillano: ejemplo de ello son el calipso, el patuá, las madamas, el medio pinto y los diablos.
A mediados del siglo XIX, se dieron dos situaciones importantes que forjarían la identidad de los pobladores de El Callao: por una parte se concreta la libertad de los negros esclavizados de las islas antillanas bajo la dominación inglesa y francesa. Por otra parte, en Venezuela se otorgaban concesiones a franceses e ingleses para explotar el oro en la zona minera al sur del país, el actual estado Bolívar.
De más está decir que se desató la fiebre del oro y esta fiebre atrajo un gran contingente de inmigrantes que se radicaron en la población del Callao, convirtiendo a esta región en un escenario donde se mezclaron diferentes culturas con la de los propios pobladores locales, se entrelazaron hábitos, costumbres, música, cantos y lenguaje.
Un problema de entendimiento
Cuando los técnicos franceses e ingleses llegaron a la región minera, se encontraron con que había brazos para trabajar, pero sus dueños no entendían el idioma, así que trasladaron personal de las Antillas que hablaban francés o inglés.
En ese grupo llegaron las madamas. Originalmente estas mujeres afrodescendientes fueron contratadas como institutrices o amas de llaves en las casas de los técnicos extranjeros y gente adinerada de la zona. También fueron empleadas para trabajar como maestras, ya que dominaban el francés y el inglés.
Eran expertas en el arte culinario de su tierra de origen (islas del arco del Caribe, desde Trinidad hasta las Islas Virgenes Británicas) y llegaron con sus costumbres, creencias, bailes, su forma de vestir con trajes multicolores, encajes blancos, vistosos collares, turbantes al estilo africano y accesorios que lucían en reuniones y fiestas importantes.
La auténtica madama
Cabe aclarar que no por ponerse un turbante al estilo de los de África Occidental o un vestido vaporoso y multicolor una mujer es madama: tiene que haber una identidad, un conocimiento de la tradición, una ética, que va más allá del vestuario y de saber bailar calipso. Y es que aquellas que llegaron hace dos siglos bailaban calipso como las grandes señoras que eran, y conservaron celosamente la lengua de sus islas.
Hoy se destacan como personajes claves en estas fiestas del Carnaval de El Callao. Pero cuidado, nuestras madamas no son simples personajes del Carnaval, no están para bailar Calipso o puro folclore, mucho menos un disfraz. Para la mujer de El Callao ser madama es un sentir, una identidad, es ser mujer luchadora, son transmisoras de la tradición, e incluso de una ética.
Disfruten de este video sobre las Madamas del Callao; el Calipso que interpretan se llama Isidora y se refiere a Lucía Isidora Agnes, uno de los personajes históricos más relevantes en la historia de la región que merece un capítulo aparte.*
De todas formas les dejo la letra del Calipso compuesto por Lourdes (Lulú) Basanta, inseparable amiga de Isidora:
Isidora sings the calipso
Isidora is queen of festival
Isidora drink the yinyavié
Isidora is queen of Carnaval
Nota del Editor: 2023 fue el año jubilar de Isidora Agnes por su centenario, y lo reseñamos ACÁ.
