Le conocimos en los tiempos en que ya estaba armando dupla con Manuel Guerra, y podemos agregar que le conocimos en el Hotel Tamanaco al lado de Celia Cruz a quien iba a acompañar.
El viejo Pedro Knight siempre le tuvo mucha confianza. Confianza también le tuvo el maestrazo que fue Porfi Jiménez, quien le dejaba arreglar para su orquesta, y confianza le tuvo Oscar D´León, quien lo dejó dirigir, arreglar, y hasta componer para esa Sonora que fue La Crítica, cuando Mauricio estaba a punto de cumplir los 18 años de edad, que a los 17 estaba en el Sexteto Juventud y ya viajaba.
Fue justo a los 18 años cuando compuso Se necesita Rumbero que Oscar, a quien le gustaba hacer coros en La Crítica se enamoró del tema y le pidió permiso para grabarlo él.
Nada es casual en la vida y obra de Mauricio Silva. El nacido en Caracas este sábado está cumpliendo 65 años y cuenta, él lo dice, con tres elementos clave: Toda su familia es de músicos, desde el abuelo, pues; ha estudiado música con seriedad, creatividad y tesón y el tercer elemento es que le gusta la música y le gusta entrar en esas profundidades de la composición, la orquestación, la dirección, que parece que el canto fue el último eslabón de su cadena.
Es trombonista (y nos dio tremendo susto cuando le dio el Covid), es pianista, es arreglista, productor, compositor, y tremendo amigo.
Ha pasado por unas cuantas agrupaciones y a todas les ha aportado; incluso, desde su programa radial Versiones y su hermosos proyecto El legado de la Salsa Venezolana Mauricio Silva deja huella buena.
En la actualidad, muy activo está culminando un trabajo especialísimo con temas inéditos de la Sonora Matancera, la agrupación cubana que, cojan dato, el 12 de enero que viene cumplirá 100 años. Y Mauricio está en la clave.
Felicidades a Mauricio y que siga así, por todo lo alto.
Lil Rodríguez