Saludos, Ciudadanos del Caribe, un abrazo y mis respetos. Primero que nada… el video a continuación data del año 2015, en el Lincoln Center de New York. Vemos a uno de los grandes pianistas de la Gran Manzana, Pete Rodríguez, quien fuera director de La Magnífica.
Pete y su orquesta, al igual que otros grandes músicos como Joe Bataan, Jhonny Colon, Ricardo Ray, Joe Cuba, Pucho Brown y sus Latin Soul Brother, Joey Pastrana y Héctor Rivera, fueron grandes protagonistas de un fenómeno musical que se llamó Boogaloo y Sing-A-Ling.
En este video se estaban celebrando los 40 años del Latin Boogaloo y al final de este video verán el abrazo fraterno entre dos grandes del Boogaloo Pete y Ricardo Ray (histórico).
Subjetividades y radio
Quizás esta historia del Latin Boogaloo esté un tanto llena de mis subjetividades, por las vivencias que tuve a mediados de los años ’60 en adelante, cuando comencé a escuchar en algunas emisoras de radio capitalinas, una música diferente e irreverente, con otro tumba’o, música ésta que en algún momento un locutor caraqueño, antes de llamarla Salsa le puso color, el decía ritmos azul oscuro.
Ese locutor se llamó en vida Phidias Danilo Escalona, pero no solo él se encargo de radiar esta música Azul Oscuro, también Totina Guevara, Clemente Vargas Jr. Alfredo José Mena, Enrique Bolívar Navas, Floro Manco, Bob Rangel, esta nómina está incompleta, pues en el interior del país hubo también emisoras que transmitían esta música y hasta programas especializados.
Recuerdo que los locutores Totina Guevara, Alfredo José Mena y Clemente Vargas Jr., editaron en acetato (LP) promocionando orquestas como la de Eddie Palmieri, Orlando Marín, Mon Rivera, Pacheco, etc., esa grabación se llamó Éxitos 950 (1964) y Clemente Vargas Junior aparte editó un LP, titulado El Junior Presenta Lo mejor de Tito Puente (ambas grabaciones las tengo en mi colección).
Ahora bien, esta música que transmitían ciertas emisoras de radio, como les dije era diferente a la que estábamos acostumbrados a escuchar y bailar en la década de los ’50 y principios de la década de los ’60, muy diferente a la que tocaban aquí en Venezuela orquestas como la Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos, Chucho Sanoja; ¡ojo! Eran buenas orquestas de baile (por si acaso), lo que quiero resaltar es que era música caribeña pero… diferente. Hay que montar tienda aparte con otras buenas bandas y músicos venezolanos que ya estaban en ese otro tumba’o como La Sonora Caracas, Aldemaro Romero, El Pavo Frank y otros.
Son de Cuba a Nueva York
Haciendo un poco de historia, todo este fenómeno socio-cultural tiene su génesis en Santiago de Cuba con el son, ese son que salió de Cuba, llega a New York, pero no solo fue el son; también la rumba, el bembé, la bomba, la plena y hasta el mismo merengue se instalaron y dijeron ¡Presente!. Allí el trabajo creador de Frank Grillo, Mario Bauzá, Noro Morales, Tito Rodríguez, Tito Puente, Cesar Concepción entre otros, con el Afro Cuban Jazz, comenzaron a gestar un movimiento o a preparar a las nuevas generaciones de músicos de La Gran Manzana para lo que venía.
Cuando las famosas bandas o big band, que dieron vida al Palladium Ball Room, comenzaron, por razones económicas, a desaparecer, surgieron las bandas con un formato más pequeño, 10 músicos a lo sumo y, si ya el Afro Cuban Jazz era irreverente, estas bandas con otro formato fueron más irreverentes aun, la esquina, el barrio, el hambre de exteriorizar una cultura de resistencia, que los remitía a sus raíces: esa nueva generación entre los cuales tenemos que incluir a Joe Cuba, Joe Quijano, los hermanos Palmieri, Barry Rogers, Johnny Pacheco, Manny Oquendo, Kako u Orlando Marín, comenzaron poco a poco a adueñarse del ambiente musical.
Es bueno acotar que muchos de estos músicos habían trabajado con las big bands anteriormente mencionadas. Eddie Palmieri había grabado con Tito Rodríguez, Pacheco con Xavier Cugat y Pérez Prado; Barreto estuvo mucho tiempo con Tito Puente; es decir, traían conocimiento y experiencia.
Caldo de cultivo, sopa latina
Y bien, Ciudadanos del Caribe, la mesa estaba servida, el caldo de cultivo estaba en hervor: todos estos personajes comenzaron a coincidir, a reunirse, a plasmar ideas, muchas ni siquiera escritas en el pentagrama, sino que surgían espontáneamente.
Por allí está la historia de una banda llamada Chuchulecos Boys (1954) que tocaban mambo, fundada por Johnny Pacheco, donde coincidieron Barry Rogers, Eddie Palmieri, Mike Collazo, Al Santiago, Ray Santos (imaginar cómo debió sonar eso da escalofríos).
Para esa época apenas tenía yo 4 años, imposible que los haya escuchado pero mi imaginación vuela (no existen grabaciones de esta banda). Charlie Palmieri y Johnny Pacheco llegaron a formar una charanga pero no coincidieron en las formas de arreglar la música y vino la separación. Me detengo en Johnny Pacheco pues cuando irrumpe el Latin Boogaloo en New York, defendió a capa y espada la música Afrocubana y nunca en su etapa de Pacheco y su charanga y después con Su nuevo tumbao tocó Boogaloo; sólo en aquel memorable concierto en el Red Garter con la Fania grabó Son cuero y Boogaloo, Richie’s Bag y Kickapoo Juice (1972).
Aparece el Latin Boogaloo
Bueno, en mis memorias me traslado hasta 1966, específicamente en el mes de julio que es cuando compro un LP llamado Latin Boogaloo de un pianista, hasta ese momento desconocido para mí, sonaba insistentemente en las emisoras de radio los temas Aburuñao, Guagaloo y Pete’s Boogaloo, había llegado el boogaloo. El curso de la música latina había dado un giro, no por mucho tiempo, porque con el boogaloo pasó lo mismo que con la pachanga, que llegó y su reinado fue efímero, pero lo disfrutamos.
Supe de la existencia de Pete Rodríguez en 1966, pero era un músico que tenia trayectoria: antes del álbum Latin Boogaloo, ya había grabado At Last (1964), La Reencarnación (1965), todos en la onda de lo que se llamaría más tarde salsa; es decir, todos los temas eran mambos, cha cha cha, guajiras, guarachas, bombas; cualquiera que haya escuchado los discos que Pete Rodríguez grabó antes de la fiebre del boogaloo dirá: “Ese tipo estaba en algo” y realmente lo estaba. Claro, también tenía a su lado un gran arreglista, el trompetista y cantante Tony Pabón.
El influjo de Tony Pabón
Respecto a Tony Pabón el arreglista y compositor de la banda de Pete Rodríguez, podríamos decir que fue el primero en darle el toque latino al boogaloo, les transcribo parte de un artículo de Max Salazar, del blog Herencia Latina:
“Fue el año de 1965, año donde el curso de la música latina cambió cuando un nuevo ritmo fue creado por los bailarines Afro Americanos, quienes celebraban sus encuentros en el Club Palm Garden, ubicado en el midtown de Manhattan, en la ciudad de Nueva York. Los bailarines fueron arrollados por la música de Pucho Brown y sus Latin Soul Brother, también por bandas especializadas en música latina como la de Pete Rodríguez, Joe Cuba y Johnny Colón; sin embargo es al trompetista, compositor y arreglista Tony Pabón a quien se le señala que fue el primero en agregarle el tinte latino a la música Boogaloo de los Afro Americanos, cuando compuso Pete’s Boogaloo para Pete Rodríguez (Salazar 1977).»
Max Salazar (2002) amplia en cuanto al papel que jugó Tonny Pabón en la gestación del Boogaloo: «La mayoría de los bailadores negros permanecían inmóviles con los ritmos cubanos, básicamente porque no sabían como mambear. Una tarde, varios bailarines le pidieron al director de orquesta y pianista, Pete Rodríguez, que le añadiera soul a su música. Rodríguez consultó con su trompetista angloparlante, Tony Pabón, quien le sugirió que imitaran melodías del Pop-Soul del momento. Funcionó, y una nueva era en la Música Latina había comenzado».
Continúa Salazar:
“A comienzos de 1966, seguíamos recibiendo en repetidas ocasiones pedidos de bailadores para que le añadiéramos un poco de soul a la música” dijo Pabón. “En aquel momento nada similar al Boogaloo era interpretado por una banda latina, y tampoco era utilizada la palabra boogaloo. Pete (Rodríguez) me pidió que escribiera música que deleitara a los promotores de bailes. Una semana más tarde escuché a Peggy Lee cantar Fever. Escribí una canción inspirada por las líneas del bajo de Fever y la llamé Pete’s Boogaloo. Así fue que el boogaloo latino fue creado y terminó convirtiéndose en el ritmo latino de mayor popularidad hasta el 1969″.
¿Hay un padre del latin boogaloo?
No pretendo caer en contradicciones pero para mí ese tema de Peggy Lee, Fever, se me parece rítmica y armónicamente más al tema I like It Like That (subjetividad mía). En el tapete está aun la discusión sobre la paternidad del Latin Boogaloo, paternidad ésta de muchas aristas. Yo particularmente no buscaría un padre o una madre al Latin Boogaloo, yo hablo más bien del aporte de cada uno de esos irreverentes jóvenes que nos deleitaron con su música y nuestra música
Me remito a varios acontecimientos de la época:
- Pete Rodríguez y su Banda La Magnifica lograron que Pete’s Boogaloo, fuera el primer Boogaloo tocado en la radio neoyorquina, aunque ese tema ya sonaba en las emisoras caraqueñas pero realmente el tema que lo catapultó en nuestro país fue I Like It Like That. Luego vendrían Oh That’s Nice y Bobby.
- No solo Pete aportó al boom del Latin Boogaloo, Ricardo Ray fue un innovador, antes de Jala Jala y Boogaloo grabó un LP titulado On the Loose donde hay dos piezas que eran claves: Danzón Boogaloo y Lookie Lookie.
- Joe Cuba y su Sexteto graban Bang Bang (Push, Push), la cual se mantuvo por diez semanas en la lista del Billboard y fue una de las pocas grabaciones latinas en alcanzar un éxito musical en el mercado anglosajón.
- A Joe Bataan se le considera el padre del Latin Soul por sus famosos trabajos en especial su álbum Riot.
Bien Ciudadanos del Caribe, esta historia del Latin Boogaloo, a pesar de que en el tiempo fue corta, desde 1965 casi hasta principios de los 70, es larga e intensa y me faltaron protagonistas, anecdotas y vivencias.
Disfruten de Pete Rodríguez y I Like It Like That.
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