Tito Rodríguez: 100 años del “Inolvidable”

¡Cuéntale a los demás!

Eduardo Parra Istúriz

(RCA – 04/01/2023) El influjo de Tito Rodríguez en la generación que vivió el desarrollo del jazz latino y luego el boom de la salsa, es ineludible. Más aún, su voz y sus canciones forman parte de la banda sonora de ellos y de quienes como yo somos hijos de esa generación. Hoy cumpliría 100 años, si estuviese entre nosotros.

Los boleros, sones, guarachas y pachangas de Tito Rodríguez sonaron en los viejos “picó” (pick ups) o tocadiscos de todo el Caribe y, como no, de los latinos en Nueva York durante al menos 30 años con una verdadera cadena de éxitos.

En mi casa, la voz sedosa del compositor y cantante boricua sonaba muy frecuentemente y su sonido evoca directamente a la memoria de mi padre, quien dedicaba casi todos sus fines de semana a descansar en casa mientras se escuchaba de fondo el repertorio salsero, incluyendo por supuesto a Tito.

En la noche, cuando las cosas se ponían más tranquilas (para mí) y mis padres se iban arrimando a una complicidad que en ese tiempo yo no entendía, muchas veces el único acompañante oportuno era el LP En la oscuridad, con todo el romanticismo que ello implica, así que éste vínculo con Tito Rodríguez es casi un patrimonio familiar, y estoy seguro de que es así para muchos de mis contemporáneos.

Muchas de las canciones que compuso o popularizó se consideran hoy clásicos de la música caribeña, como Vuela la paloma, Cuando, cuando, cuando; Tu pañuelo, Tiemblas, Cara de Payaso, Mamagüela, Avísale a mi contrario, El que se fue y por supuesto, Inolvidable.

Antillano hasta la médula

Pablo Tito Rodríguez Lozada era la amalgama del Caribe en una persona, porque nació en Santurce, Puerto Rico, y era hijo de la cubana Severina Lozada Aguilera y el dominicano José Rodríguez Fuentes. Fue el sexto hijo de esa pareja y vino al mundo el 4 de enero de 1923: ¡regalito de Reyes!

Tuvo interés por la música desde niño y en esa etapa integró varios conjuntos distintos, lleganbdo a grabar en 1939 su primer sencillo, Amor perdido, una danza. Pero ese año no fue fácil: Puerto Rico sufría económicamente, sus padres habían fallecido y se avecinaba una guerra mundial. En ese contexto, el muchacho emigra a Nueva York, amparado en su hermano, quien ya se había establecido en la Gran Manzana.

Afortunadamente para el destino suyo y el de la música latina, Tito no pasó por la guerra y cumplió el servicio militar en Estados Unidos en 1945, cuando ya había pasado la tormenta. En el interín, había trabajado con orquestas como el Cuarteto Caney o la de Xavier Cugat. Luego iniciaría estudios de música en Julliard.

Inolvidable talento

En 1948 fundó los Mambo Devils, demostrando suficiente talento como para competir en buena lid con gigantes como Tito Puente o los Afrocubans de Machito. Entonces lo reclutó Tico Records, casa con la grabò 7 álbumes dedicados al mambo. También hizo dos LP con RCA Víctor en 1955 y 1957.

El tránsito por RCA Victor dejó dos legados de importancia: cambió el nombre de la agrupación a Tito Rodríguez y su orquesta, y preservó su catálogo, que fue reeditado en CD por Sony Music Entertainment cuando ésta adquirió dicho catálogo.

Sin embargo, la explosión creativa de Tito Rodríguez y su orquesta ocurre en la década de los 60, cuando firma con United Artists, bajo la condición de ser el único producto latino bailable de ese sello. También hizo acuerdos con Musicor Records y en esos 10 años graba 21 extraordinarios LP, considerando álbumes de estudio y grabaciones en vivo.

En la década de los 70 alcanzó a grabar 8 discos más, hasta que la muerte truncó su carrera, poco después de cumplir 50 años. Nuestro cantante sufría leucemia y había luchado contra ella desde 1967. Falleció en Nueva York acompañado de su esposa, una bailarina estadounidense de origen japonés llamada Takeku Kunimatsu, con quien se casó en 1948 y con quien tuvo sus dos hijos.

A la muerte de Takeku, En 1984, los restos de ambos fueron cremados y depositados juntos en una misma urna.

Impulsando a otros artistas

Durante los 34 años de su carrera profesional, Tito Rodríguez se atrevió a experimentar con distintos públicos, proyectos y hasta países. En ese proceso pasó por experiencias tan distintas como editar una revista musical en Las Vegas, abrir su propio sello disquero (TR Records, 1971) o ser presentador de un programa de televisión en Puerto Rico y otro en Perú.

En ese proceso también ayudó en los inicios de otros artistas; por ejemplo, en 1955 observa que un atrilero de su orquesta era buen cantante, así que le da una oportunidad en el legendario club Palladium. El muchacho lo hace muy bien y Tito se lo recomienda a Joe Cuba, para su sexteto. Ese muchacho era Cheo Feliciano; lo demás es historia.

También fue su sello el que le dio la primera oportunidad a la Charanga ‘76. De esa agrupación surgirían luego vocalistas como Hansel y Raúl o la flautista Andrea Brachfeld. Su gran hit, Voy, fue cmpuesta por Willy Chirino.

Tal vez la única oportunidad que Tito rechazó claramente fue el ofrecimiento de Fania Records para incorporarse a su staff y a la Fania All Stars. Sin embargo, fue esta orquesta la primera en producir un álbum en su memoria: Tributo a Tito Rodríguez, en el que también participa por primera vez Rubén Blades como solista, en el tema Agua de Belén.

Otros artistas dan testimonio de que Tito Rodríguez los ayudó de forma definitiva en el inicio de su carrera, como su paisano Chucho Avellanet, quien grabó un disco homenaje en 1980. Otro tanto hizo Danny Rivera en 1986.

Tito siempre quiso grabar un disco de boleros acompañado de guitarras y su deseo no se pudo cumplir en vida, pero la preservación de las pistas con su voz aislada hizo posible que La Rondalla Venezolana grabase dos CD: Eternamente y Nuevamente juntos, en los que finalmente se realizó tal proyecto.

¿Por qué Inolvidable?

Es notable la gran amistad entre Tito Rodríguez y el locutor venezolano Phidias Danilo Escalona “El bigotón”, quien utilizó por primera vez el término “salsa” para referirse a esta música del Caribe desde 1963, 10 años antes de que la Fania se atribuyese tal nombre, e incluso antes de que se fundase el sello Fania Records. Si quieres saber más acerca de este caso, haz clic Aquí.

La amistad de Tito y Phidias era profunda, al punto de que fueron compadres. Rodríguez le escribió y dedicó el tema El bigotón de Danilo, que aparece en el LP Carnival of the Americas, de 1964. Ese mismo año Tito sufrió un veto que le impedía tocar junto a su propia orquesta, así que buscó alternativas junto a su sello disquero.

Lo que resuelven es trabajar con el compositor, arreglista y director de orquesta estadounidense Alvin «Leroy» Holmes, con quien llegarían a grabar 9 discos. De esos álbumes el más exitoso fue From Tito Rodríguez with love (De Tito Rodríguez con amor) en el que se incluyó el bolero Inolvidable, obra de Julio Gutiérrez (mucha gente cree que la escribió el mismo Tito) que se convirtió inmediatamente en un hit y que marcó definitivamente la carrera del boricua. Ya nunca más saldría al escenario sin que le exigiesen ese tema.

Dado que no era bueno sosteniendo las largas notas que el bolero exige, tendía a recortar los finales de cada frase, creando sin saberlo un estilo único. Y es por eso que hasta hoy se le recuerda como “El Inolvidable”, un verdadero gigante del bolero, excelente compositor e inmejorable intérprete de todos los géneros del Caribe antillano.

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