Domingo Cura

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Domingo Cura

Santiago del Estero, 07/04/1929 – Buenos Aires, 13/11/2004

A Domingo Cura se le considera el percusionista más destacado de la historia de la música folklórica Argentina. Especialista en el bombo legüero, revolucionó su ejecución hasta darle un lugar protagónico a un instrumento tradicionalmente considerado un simple acompañante, y además lo incorporó a otros ritmos del mundo.

Domingo también experimentó con otros instrumentos de percusión en el folclore argentino, creando nuevas sonoridades. Utilizaba junto al bombo instrumentos propios de otros géneros: tumbadoras, timbales, bongós, etc.

Infancia

El matrimonio formado por Esper Jorge Cura y María Abadal, de origen sirio-libanés, tuvo ocho hijos, siendo Domingo uno de ellos, con una tendencia natural hacia la percusión: desde niño jugaba con latas de galletas y ya de adolescente usaba ollas, botellas y sartenes para practicar.

Nunca estudió música formalmente, pero empezó a tocar jazz en la orquesta de Luis Napoleón Soria, teniendo a su cuñado Hugo Díaz como compañero en esa banda.

Apenas tenía 18 años cuando se estableció a Buenos Aires junto a su hermana Victoria y su cuñado, con la intención de probar suerte en una ciudad más grande y próspera que Santiago del Estero.

Buenos Aires

En los años 50 la dinámica porteña lo acercó a los ritmos del Caribe en diversas agrupaciones. Su primera grabación es como bongosero del Santa Anita Sextet, pero al mismo tiempo seguía tocando folclore con Hugo Díaz. Durante esos años llegó a colaborar con boleristas como Los Panchos, el chileno Lucho Gatica, o con Nat King Cole.

A finales de esa década se asoció con el gran compositor Ariel Ramírez y con el maestro del charango Jaime Torres, y graban en 1961 el álbum Folklore nueva dimensión, cuyos arreglos e interpretación en la música de raíz argentina.

También con Ariel Ramírez, participó en Misa Criolla (1964). Este trabajo lo afianzó como uno de los principales percusionistas folclóricos, participando regularmente en este tipo de grabaciones, incluyendo álbumes de Mercedes Sosa, como Cantata Sudamericana.

Por supuesto, giró junto a Ariel Ramirez, Mercedes Sosa y otros artistas, con lo que se transformó en en un músico de prestigio internacional. Ahora sumaba a José Carreras, Roberto Goyeneche o Chabuca Granda entre sus compañeros de escenario.

Diversificación y censura

Una cualidad de Domingo Cura fue la versatilidad: disfrutó todos los ritmos y estilos, así que se atrevió con músicas de todo el mundo: ritmos árabes, brasileños, rock, jazz, de modo que en los ‘70 se vinculó con el rock argentino. Ya en 1970 participa en el festival BA Rock y poco después grabó Despertemos en América con Litto Nebbia. Su trabajo se aprecia en Si no son más de las tres. También participó en el álbum Octubre, luego censurado.

Esta diversificación hacia otros géneros resultó muy importante en los años de dictadura, que prácticamente censuró al folclore, muy nutrido en letras de reivindicación social. De haber sido un bombista “puro”, Cura habría sucumbido al silencio; pero en cambio siguió trabajando junto a tangueros como Piazzola o músicos foráneos como Milton Nascimento.

Incluso, Domingo Cura participó en recitales con orquestas sinfónicas, lo cual constituía un verdadero reto para ambas partes: el santiagueño no admitía (ni leía) partituras, sino que iba tocando lo que sentía durante el desarrollo de los temas, lo cual es muy desconcertante para los directores de música académica. Cuando la Filarmónica de Berlín le pidió las partituras de los bombos, no le creyeron que no sabía escribir música.

Renacimiento y libertad al final

Tras el desastre de Malvinas y en los días finales de la dictadura (1983), el regreso de Mercedes Sosa renovó al movimiento folclórico con varios conciertos en Buenos Aires, en los que volvió a ser el percusionista tradicional. Mercedes Sosa en Argentina es el disco más vendido en la historia del país.

A partir de entonces Domingo Cura se asoció musicalmente con total libertad. Repitió con Litto Nebia; hace un concierto en el Festival Newport de Nueva York y sorprende a todos con un set de ocho bombos; en 2002 graba con Cerati; en fin, era indetenible. O casi.

En 2004 Lo sorprendió un fallo cardiorespiratorio mientras tocaba en el teatro Lola Membrives de Buenos Aires junto al gran compositor de Algo Contigo, Chico Novarro. Tenía 75 años. Sus restos reposan en el panteón de la Sociedad Argentina de Autores e Intérpretes (Sadaic), en el cementerio de La Chacarita.

Le sobrevivio su esposa, Nazira Alcira Chahla de Cura, quien sería luego pieza clave para el registro de su biografía. En 2011 se escribió el libro Testimonios. Domingo Cura. La cumbre de la percusión.

RECONOCIMIENTOS:

  • En Argentina se celebra el Día del Percusionista el 6 de abril, por su natalicio.
  • Premio Konex 1985 y 2005
  • Diploma al Mérito post mortem como uno de los mejores instrumentistas de la década.

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