Chavela Vargas

¡Cuéntale a los demás!

María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano

San Joaquín de Flores, Costa Rica, 17/04/1919 – Cuernavaca, México, 05/08/2012

Chavela Vargas fue una cantante mexicana de origen costarricense. Referente de la ranchera, género musical tradicionalmente interpretado por hombres. A los 81 años declaró públicamente su homosexualidad que, por otro lado, nunca ocultó.

La llamaban La Chamana. En su propia vida llevó al paroxismo las letras de las rancheras que interpretaba: pasión, amor, rechazo, dolor, soledad, coraje, alcohol, muerte y resurrección; ella era una ranchera en carne viva.

Desde la vergüenza

Hija de Francisco Vargas y Herminia Lizano, era la menor de cuatro hermanos en una familia religiosa llena de prejuicios, tanto que sus padres la escondían de las visitas por su extraña forma de comportarse y vestir. Desde niña sufrió rechazo y discriminación. Contrajo herpes, y una polio que le causó ceguera, y de ambas fue sanada por chamanes, de allí su devoción por la ancestralidad.

Cuando sus padres se separaron, se mudó a la finca de sus tíos, donde trabajó como recolectora de frutas, sufriendo maltratos y humillaciones, pero tuvo siempre la idea fija de escapar. “Yo quería tener un nombre, tener una carrera, pero era la niña más humilde y la más pobre”

Mestiza ardiente de lengua libre

Se trasladó a México con 17 años, adoptó la nacionalidad mexicana y el nombre Chavela. Completamente sola, trabajó de cocinera, camarera, chofer, etc. Un militar, el Coronel Serrano, la recomendó al director de la Lotería Nacional, donde tuvo su primera oportunidad de cantar en la radio de la misma lotería, iniciando su carrera como cantante y diferenciándose de las demás por su estilo trágico y su voz desgarrada.

Cantaba en un cabaret donde por contrato usaba escotes, faldas, maquillaje y tacones, y se sentía “disfrazada, como un travesti”. Pero en otros locales se mostró abiertamente como quería ser vista, usando camisa, pantalones y sus característicos ponchos: vestía como un varón, causando revuelo y rechazo, Fue tildada de marimacha.

Reafirmándose en su identidad masculina, añadió a su estilo fumar tabaco, beber en exceso y llevar una pistola en la cintura, con lo que causó aún mayor conmoción. Pero seguía cantando, y su arreglo de La Macorina, fue uno de sus primeros éxitos.

Trabajaba en Acapulco, lugar turístico frecuentado por estrellas de Hollywood y así conoció a multitud de celebridades, incluyendo a Katherine Hepburn, Ava Gardner, e incluso cantó en la boda de Liz Taylor y Mike Todd.

Por el bulevar de los sueños rotos

Conoce a José Alfredo Jimenez, el compositor más prolífico de la ranchera, y se hacen inseparables en la amistad, la canción, y la parranda. Chavela se encontró un infalible proveedor de canciones que eran éxito en su voz.

En 1961 edita con él su primer álbum, Noche de bohemia, el primero de más de 80 que grabó. A la dupla pronto se sumó el guitarrista Antonio Bribiesca. Juntos vivieron una etapa brillante, y desde ese año y hasta 1973 grabaron 12 álbumes con rotundo éxito.

Mientras tanto, el alcohol pasó de refugio a adicción y en 1973, se presentó ebria en la televisión en España, comenzando un hundimiento emocional que tuvo como estocada la muerte de José Alfredo.

Esta etapa oscura duraría dos décadas. ¡20 años! Chavela se aisló en su casa, en Cuernavaca. Pasó por festines, accidentes automovilísticos, ruina económica, y el fin de su noviazgo con la abogada Alicia Elena Pérez Duarte, que además era su representante. Intentó combatir el alcoholismo en el Tibet, y terminó expulsada del monasterio.

Sin dinero y sola, cayó en el olvido, al punto de que la dieron por muerta. Mercedes Sosa quiso llevar flores a su tumba y, claro, no la encontró.

Escapó de un delirio de alcohol

Chavela no estaba muerta y acudió a sus creencias ancestrales. Con ayuda de chamanes huicholes comenzó su sanación. Con 72 años de edad y superado el alcoholismo, tuvo la oportunidad de volver a cantar gracias a Liliana Felipe, gran artista argentina que había abierto El Hábito, un espacio cultural en Coyoacán.

En El Hábito la escuchó el editor Manuel Arroyo Stephens, quien la llevó a España. A partir de ahí resurgió a manos de la amistad y la justicia. Reeditó sus discos Volver, Volver (1993), Macorina (1994) y Somos (1996), y recorrió los principales escenarios del mundo.

Pedro Almodóvar, quien se caracteriza por acudir a grandes artistas para la música de sus películas, le ofreció participar en Kika (1993), La flor de mi secreto (1995) y Carne trémula (1997).

En 2001 editó su libro autobiográfico Y Si Quieren Saber de Mi Pasado…, y participó en la película Frida (2002) de Julie Taymor. En 2004, con 85 años, lanzó el álbum En Carnegie Hall.

En 2010 y 2012 lanzó dos álbumes más: Por mi culpa, con participación de Lila Downs y su “cuate” Joaquín Sabina, y Luna Grande, dedicado a Federico García Lorca.

Escapó de una cárcel de amor

Como rebelde, alcohólica y lesbiana a mediados del siglo pasado, su vida sentimental fue complicada; sin embargo mantuvo cientos de relaciones esporádicas, entre las cuales no faltaban esposas de políticos o empresarios que se “escapaban” con ella. Una de sus conquistas fue la novia del empresario Emilio Azcárraga, quien intentó vetar su carrera musical.

Mantuvo una relación profunda con Frida Kahlo, llegando a vivir junto a ella y Diego Rivera durante tres años. También fue pareja de su representante y abogada, Alicia Elena Pérez Duarte.

Con Frida Kahlo y Diego Rivera

“Yo no estudié para lesbiana. Ni me enseñaron a ser así. Yo nací así.
Desde que abrí los ojos al mundo. Yo nunca me he acostado con un señor. Nunca.
Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme… mis dioses me hicieron así.
Yo he tenido que luchar para ser yo y que se me respete.
Llevar ese estigma, para mí, es un orgullo. Llevar el nombre de lesbiana.
No voy presumiendo, no lo voy pregonando, pero no lo niego.
He tenido que enfrentarme con la sociedad, con la Iglesia, que dice que malditos los homosexuales (…) es absurdo”.

Chavela Vargas

Mayor éxito tuvo en la amistad, con José Alfredo Jiménez en el tope, pero sumando a figuras como el compositor Agustín Lara, los escritores Juan Rulfo, Gabriel García Márquez y Pablo Neruda; el pintor Pablo Picasso, y cantantes como Joaquín Sabina, quien le escribió Por el bulevar de los sueños rotos; Facundo Cabral, Joan Manuel Serrat y sus paisanos Juan Gabriel y Lila Downs.

Trascendencia definitiva

En julio de 2012, con 93 años a cuestas, Chavela Vargas ofreció un concierto en Madrid que fue su última presentación, y debió ser internada por una afección cardíaca. Regresó a México, donde fue internada nuevamente y se negó a que la conectaran a un respirador artificial, pues quería tener una muerte natural.

Falleció en Cuernavaca, México, en agosto de 2012.

RECONOCIMIENTOS:

2000: Gran Cruz de Isabel la Católica otorgado por el Consejo de Ministros español.
2007: Grammy Latino en honor a su trayectoria artística.
2009: El Gobierno de la Ciudad de México la nombró ciudadana distinguida.

Tema de Joaquín Sabina dedicado a Chavela Vargas.

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