11 – Doménico Modugno voló por duplicado

¡Cuéntale a los demás!

Habrá opiniones encontradas pero, apartando a los maestros del bel canto, acá no tenemos duda de que el mejor cantante italiano de todos los tiempos ha sido el gran Doménico Modugno, un brioso muchacho nacido el 9 de enero de 1928 en Polignano a Mare, ubicado en Bari, o para quienes se acuerdan del mapa de Italia, en la parte alta y externa del tacón de la bota italiana.

Quienes no lo hayan escuchado hasta ahora se están perdiendo de una voz limpia y sugestiva que pasó muchos años trabajando en diversos oficios: mesero, ayudante de minería, reparador de neumáticos. Las cosas no eran fáciles en la Italia que le tocó vivir de niño; cuando tenía 11 años estalló la Segunda Guerra Mundial y hubo hambrunas y muertes.

Pasada la tormenta, un buen día decidió marcharse a Roma para probar suerte en la meca del cine de su país: Cinecittá, donde descubriría que la actuación no se le daba del todo bien pero sus canciones eran admiradas. Gracias a ellas fue escalando poco a poco en el mundo de las radiodifusoras hasta hacerse un modesto nombre en el mundo musical de su país.

Modugno pintado de azul

La consagración de Doménico Modugno ocurre en 1958 cuando participa en el famoso Festival de San Remo con el tema Nel blu dipinto di blu (Azul, pintado de azul), que al mismo Doménico no entusiasmaba mucho. Él no creía que esa fuese la canción apropiada para concursar.

Johnny Dorelli, quien escribió la letra del famoso tema, lo había convencido de entrar con este tema tras una larga crisis creativa. La canción hablaba de cosas fantásticas; de encuentros con ángeles, con el azul del cielo y con la ilusión de volar y de cantar, pero además resaltaba el azul de unos ojos amados.

Esta letra sencilla y pegajosa tendría una trascendencia muy particular en Italia, que 15 años después, seguía sufriendo las heridas de la posguerra. Para los italianos, era como una inyección de energía y de esperanza.

Con el “San Remo en la mano, se presenta en el Festival de Eurovisión, con el mismo tema y… llegó tercero. No obtuvo el triunfo que esperaba, pero la canción llegó a todas partes y, sobre todo, a Estados Unidos, en donde rompió todos los récords, manteniéndose en las listas de preferencias estadounidenses 13 semanas, marca imbatida hasta hoy.

Volare, oh oh…

El éxito de esta canción en Estados Unidos significó un vuelco de 180 grados en la vida de Doménico, y también implicó cambiar el nombre de la canción, que era complicadísimo para un yanqui, así que fue rebautizada Volare por razones obvias.

El genial cantante falleció en Lampedusa hace ya más de 30 años (1994), y Nel Blu dipinto di Blu o Volare sigue siendo a esta fecha la canción italiana más reinterpretada del mundo. Se ha traducido a una docena de idiomas y se hizo de 3 premios Grammy.

Todo esto pudo haberse quedado en la nada ese mismo año debido a una falla técnica. Cuando Doménico cantaba en el Festival de Eurovisión, la transmisión se interrumpió y su canción no salió al aire. Esto paradójicamente fue muy afortunado para él porque, a pesar de haber quedado tercero, repitió su tema al final del concurso, como si hubiera ganado, haciéndolo justo en el momento de mayor audiencia del programa.

Fue así como Modugno, por su inmenso talento y con la intervención de la tecnología, ganó, no en Europa, sino en el mundo entero.

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