Alí Primera era un buen cantante, mejor compositor y en definitiva un músico muy querido por su tratamiento a los temas de contenido social. No en vano se le llama El cantor del pueblo, en referencia a su preocupación por los temas políticos.
El cantor falconiano era socialista (de los de antes) y llegó a ser candidato a diputado. Claramente, su postura política no sólo le granjeaba amistades, sino también el rechazo de parte de la población y no pocas dificultades para efectuar sus grabaciones, porque los medios comerciales de comunicación no lo querían.
Por ejemplo, ante la negativa de los sellos disqueros de entonces, que no grababan sus temas, debió crear su propio sello, Cigarrón. Ante la negativa de las grandes emisoras de difundir sus temas se refugió en las radios populares y en un trabajo de calle en calle. Por eso y por su militancia, su popularidad era innegable.
Una de las anécdotas más interesantes acerca del Cantor del Pueblo, ocurrió a principios de los años ‘80. Cuenta la historia que Venevisión, una de las dos grandes televisoras privadas venezolanas de entonces decidió que era el momento de aflojar el veto e invitar a Alí Primera a cantar en el programa de mayor alcance popular: Sábado Sensacional.
La invitación fue realizada y Alí, en principio, aceptó presentarse, pero puso condiciones.
– Si ustedes quieren que yo me presente, tengo que ser coherente con mi discurso. Puedo hacerles todo el programa si quieren, pero durante el tiempo que yo esté en pantalla, no transmitan anuncios comerciales.
Alí Primera nunca salió en la pantalla de Venevisión.
