Vaya, Luisito

¡Cuéntale a los demás!

Todo el país lo conoce por sus extraordinarias dotes de percusionista. Vimos cómo lo “secuestraron” los cubanos alegando que tenía una gripe peligrosa. Lo sacaron de Varadero y lo llevaron para el hospital Hermanos Ameijeiras, en La Habana. No se trataba de una peligrosa gripe sino de la oportunidad de que Oscar D’ León fuera a verlo y con eso lograr que esa población pudiera estar cerca del sonero venezolano. Así fue. 1983.

Este domingo Luisito estará llegando a sus 58 años, bien rodados por el mundo pues aunque sea un percusionista, no director o cantante, Luis Quintero tiene sus propios kilates.

Nació en Caracas, en San Agustín, el 24 de agosto de 1967 hijo de Luis Quintero (el padre) y María Vega.

Lo que ese muchacho acumuló no fue poco pues sus tios Ricardo y Jesús lo cobijaron, y después lo hizo el inolvidable Totoño Blanco, quien lo adoptó en la música cuando  Luisito solo tenía 8 años de edad. Y bueno, de allí al Trabuco, a Sietecueros con el Maestro Alberto Borregales, Yordano, Evio, etc. De allí hacia adelante lo de Luisito fue meteórico. No se trata de su paso por la orquesta de Oscar D’ León, con la que hizo primores, sino de su propia trayectoria. Su padre, con el mismo nombre, fue tan percusionista como su tío, Carlos Nené Quintero. Destacó tanto que desde la Sinfónica hasta Guaco resaltó su talento.

Luisito ha dado brega por el mundo. No ha temido y su palmarés es de mucho éxito. Este domingo estará de cumpleaños y nuestro país, por lo menos los melómanos lo festejaremos junto a su trayectoria venezolana, y al lado de luminarias como George Benson , Herbie Hancock y Ravi Coltrane. Pero en definitiva es San Agustin quien lo festeja. 

Siempre se celebra a los cantantes, a los compositores y poco a quienes en sus manos llevan el ritmo del dale pa allá.

Abogamos porque su sapiencia llegue cada vez más lejos.

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