Último adiós a Horacio Malvicino

¡Cuéntale a los demás!

(RCA – 22/11/2023) La guitarra está de luto. El tango está de luto. Una era musical de Argentina está de luto por que este martes 21, en la madrugada, se ha ido Horacio Malvicino, el popular “Malveta”, a sus bien vividos 94 años.

Eduardo Parra Istúriz

Con la esperanza de vida largamente superada, uno diría que Horacio Malvicino ya estaba afuera de la escena, pero no; el año pasado había recibido el Premio Tagini a la Trayectoria Fonográfica, que le otorgó la Academia Nacional de Tango, y en 2018 fue nombrado Personalidad Destacada de la Cultura en la Ciudad de Buenos Aires, lo cual no tiene nada de sorprendente para quienes hemos echado una ojeada, por ligera que sea, a su hoja de vida.

Malvicino ha sido, entre muchas otras cosas, el guitarrista que acompañó la revolución del tango a manos de Ástor Piazzolla, dado que lo acompañó en la mayor parte de las formaciones y ensambles dirigidas por éste último. Malveta fue el primer guitarrista que se atrevió a hacer tango con una guitarra eléctrica, instrumento que era percibido como un intruso en ese ámbito.

Al centro, de gris, con el Octeto Buenos Aires.

En alguna ocasión, Horacio Malvicino relató en una radio que algunos puristas lo amenazaron de muerte: “Me llamaban por teléfono a la habitación que tenía alquilada y me amenazaban, que si seguía contribuyendo a destruir el tango, me iban a matar, o quebrar las piernas, qué se yo…”

Comunión perfecta

Horacio Malvicino había nacido el 20 de octubre de 1929 en la ciudad de Concordia, provincia de Entre Ríos, al noroeste de la capital argentina. Allí realizó sus primeros estudios musicales y también allí ofreció sus primeros recitales.

Cuando tenía 16 años iba a Buenos Aires con un pequeño conjunto para tocar en Radio Splendid y más adelante regresaría para estudiar medicina. La necesidad de obtener dinero (y también las ganas de hacer música) lo llevaron a recorrer locales con la guitarra en ristre, hasta que la música se convirtió en su principal fuente de sustento y allí se quedó.

En 1954, Piazzolla lo convoca e integra a su equipo musical. El bandoneonista estaba dándole vuelta a todo lo que se había hecho antes en materia de tango y tenía no pocos detractores; por su parte Malvicino era un estupendo jazzista que no tocaba tango, así que la comunión fue perfecta: “El que mejor comprendió todo lo que yo escribí es Horacio Malvicino”, dijo Piazzolla.

Cuando Piazzolla le propuso sumarse al nuevo grupo, Horacio no se lo podía creer: “Me parecía mentira que estuviera ahí diciéndome que se le había ocurrido poner una guitarra eléctrica, lo cual en esa época era un riesgo de vida (…) Nos reunió a todos los muchachos (…) para repartir las partituras unos días antes de empezar a ensayar, cosa que no se estilaba. Pero claro, cuando vi esos pentagramas entendí: había tal cantidad de notas que cada uno tuvo que prepararse en su casa una semana».

Pero no le bastó con grabar 20 álbumes junto al genio de Piazzolla y hacerse parte de la historia del tango: también fue músico sesionista y disfrutaba usar diversos nombres artísticos, entre los que destaca Alain Debray, una curiosa mezcla entre el actor francés Alain Delon y el escritor, también galo, Regis Debray; el último en entrevistar al Che Guevara.

Malvicino multidimensional

Debido a su experiencia, la disquera RCA Victor lo contrata, no sólo para que grabe discos, sino para que actúe como productor de otros talentos, con el cargo de Director Musical, cargo que ahora no existe en las disqueras ya que ese papel se distribuye entre mucha gente. Allí estuvo durante 20 años, detrás de una enorme cantidad de éxitos.

El talento de Malvicino “explota” en un montón de dimensiones: hizo jazz, compuso y grabó para teatro, cine y publicidad, tanto en radio como en televisión; por ejemplo, fue director de la Orquesta del Canal 11 durante años.

En 2018 fue nombrado Personalidad Destacada de Buenos Aires.

Como arreglista o director musical trabajó junto a argentinos de renombre como Jairo o Sandro; pero también con internacionales como Antônio Carlos Jobim, Vinicius de Moraes o João Gilberto.

Este camino lo acercó también a los asuntos gremiales, así que ocupó en diversas ocasiones la presidencia de la Asociación Argentina de Intérpretes (AADI). Para 2022 se encontraba activo en ese cargo.

Malvicino falleció en su casa, en su pueblo natal, Concordia, y al conocerse el hecho tanto artistas como instituciones alzaron sus voces de condolencia. Consigo se va un compendio de sonidos y memorias irreemplazable, con Horacio se va parte de la historia Argentina.

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