No podíamos quitar la vista de la figura de aquel Director de la Orquesta Filarmónica Nacional
haciendo de la dirección un acto de alegría inmensa y llena de pasión.
También estaba la Orquesta Sinfónica de la Milicia Bolivariana y un contingente de músicos que no sólo elevaron la fecha, sino la música, la creación, la interpretación, las ganas.
Supimos después que el apasionado y alegre Director era Rubén Capriles, quién logró con creces la magia de romper esa pretendida barrera de «lo culto y lo popular».
Las dos orquestas acoplaron perfectamente para acompañar a El Pacto-EP, De Khalafary’s, Valentina (¿o Marisela?) Sánchez, Pinky, el Colectivo Patria Nueva, Lloviznando Cantos, Los Guaraguao (incluyendo el flamante trombón de vara de Chachata), Akilin y Cristóbal Jiménez.
La producción aportada por «Corazón Llanero» estuvo a la altura del sentimiento musical y colectivo, reflejo de las interminables horas de incertidumbre transformadas en la determinación no sólo de rescatar al presidente que la mayoría habíamos elegido para dirigir la nación, sino la de hacer respetar por ahora y para siempre Constitución y Dignidad.
Al final, cuando Alí Alejandro Primera (Compañía Nacional de Música) ofreció la despedida del evento, sentimos en la distancia la alegría de Ernesto Villegas.
En verdad, la alegría por los 20 años de aquel abril de 2002, cargado de coraje, el que nos distingue.
Lil Rodríguez.
Excelente, García Lorca.