
Dijo Juan un día a su papá: 
“dame lo mío, no quiero esperar 
yo me voy a la gran ciudad 
quiero la vida gozar”.
«Hijo mío, allá hay mucho mal
vicios, mujeres, envidia, traición 
quédate, no vayas allá”
Pero Juan no le escuchó.
Y en la gran ciudad Juan gozaba tanto
vinos y placeres 
hermosas mujeres. 
Pero un día Juan se halló sin dinero 
y todos sus amigos 
la espalda le dieron.
Ahora Juan 
solo en la ciudad 
frío, y hambriento se puso a pensar: 
“Qué feliz yo era cuando estaba con papá 
si regreso quizás me perdonará”.
Y el papá decía al verlo llegar: 
“Mi hijo ha regresado, vamo’ a celebrar 
Que hagan una fiesta y vamos a cantar 
que mi hijo ha vuelto, vamo’ a celebrar 
Invita a los vecinos y a toda la gente 
pues este muchacho volvió a mí de repente. 
Denle ropa nueva, vístanlo de gala 
pues este es mi hijo amado al cual yo esperaba»
 
Y el papá decía al verlo llegar: 
“Mi hijo ha regresado, vamo’ a celebrar 
Yo me imaginaba, que el me había olvidado 
pero hoy mi hijo amado a mí a regresado”.
Lucas 15: 25- 32
25 Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Mas él, respondiendo, dijo al padre: “He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos”. 31 Él entonces le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque éste tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”.
Parábola testimonial y sabia de Jesús, el de Nazareth con versión de Ricardo Ray y Bobby Cruz.
El relato tiene mas de dos mil años. Sabemos cuál es la Gran Ciudad y todo lo que de ella se desprende, incluyendo naciones serviles, con algunas que deshonran su nombre.
El que entendió, entendió.





