Falleció Oswaldo Gómez, el Indio Araucano

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Este sábado falleció en la ciudad de New Jersey, Estados Unidos, uno de los cantantes más conocidos de Chile, Oswaldo Gómez, a quien se conocía artisticamente como El Indio Araucano. Tenía más de 100 años.

Eduardo Parra Istúriz

(16/03/2025) Se apagó una de las voces más importantes del Siglo XX, intérprete de prácticamente todos los géneros del continente, en una dilatada carrera que inició en 1934 y sólo la fragilidad de su salud pudo detener.

El Indio Araucano hacía honor a su nombre artístico constantemente; brilló sobre todo entre 1940 y 1960, con una enorme cantidad de conciertos, giras y grabaciones, en las que se paseó por los ritmos típicos de su país, sin olvidar el rico folclore del resto del continente. Es impresionante ver cómo en su repertorio aparecen guaranías, zambas o cuecas, lo mismo que boleros o valses.

Su presencia en el escenario era una mezcla muy curiosa, porque vestía ropas indígenas, vincha y manta, mientras impresionaba a la gente con su registro de tenor lírico. Es evidente por su nombre artístico que reivindicaba su raíz indígena, aunque él mismo planteaba que le llegaba de lejos, por parte de su madre.

De la sombra a la luz

Oswaldo Gómez tenía 20 hemanos, y sólo uno era menor que él. Nació en Quintra Malai, poblado mapuche en la región de la Araucanía, unos 500 km al sur de Santiago de Chile, el 13 de marzo de 1921, según se establece en su registro; sin embargo, él decía que había nacido uno o dos años antes. El hecho es que oficialmente había cumplido 104 años dos días antes de su partida.

Cuando era pequeño sufrió un accidente que lo dejó ciego, por lo que se le internó en un colegio para invidentes en la capital chilena, de donde se fugó dos años después, debido a que los niños del lugar sufrían maltratos. Regresó a su aldea y su madre había fallecido.

Un día, con apenas 13 años, la cantante Irma Cano le escuchó cantar y reconoció el talento, así que le recomendó que se presentara en Temuco, de donde ella era, logrando éxito rápidamente y estableciéndose en radio La Frontera. Hay que mencionar que en aquellos años recibió una operación que le permitió recuperar parcialmente la vista: veía siluetas y formas.

Poco después obtendría el premio como mejor cantante de la ciudad, lo que le dio el impulso para volver a Santiago, donde ganó, con 17 años, el premio Voz de Oro de Chile, con el tema Pregón de las Flores, del maestro cubano Ernesto Lecuona.

Esto le valió un contrato con la disquera Odeón, con lo que inició una nueva etapa. Nuestro cantante se estableció como un artista nacional y contrajo matrimonio. En sus primeros discos aparecen temas mapuches como A motu yanei, pero también los géneros populares de la época. Fue un éxito su versión de Revancha, obra de Agustín Lara.

Araucano e internacional

En 1944 falleció su esposa y esto precipitó su salida al exterior de Chile: llevó su voz con notable éxito a todos los rincones del continente, ganó discos de oro y se hizo especialmente conocido en los países del Caribe. En Colombia ganó disco de oro en 1948 y en Venezuela grabó 20 discos con el sello Turpial, incluyendo en su repertorio algunos de sus mayores éxitos, como Te odio y te quiero, La batelera, Soy marinero, Lamento mapuche, India del Quillay, etc. Por supuesto, allí grabó temas de ese país, como Andino, de Johnny Quirós, con quien trabajó varios años.

En 1955 decidió radicarse en Cuba, permaneciendo allí 11 años más. En la nación antillana el sello Panart reconoció el potencial de sus grabaciones venezolanas y las reeditó para el mercado internacional.

Su ambición personal lo llevó a crear, junto a otros dos enormes cantantes: Alfredo Sadel y Mario Suárez, el sello disquero Sonus, y grabó con ese sello el LP La voz de los Andes, que contiene uno de sus mayores éxitos: la guaranía Recuerdos de Icaparaí.

En 1966 debió comenzar de nuevo en España, en donde tras un año complicado, logró visado para EEUU, país en el que residió hasta su muerte. Sin embargo, al principio el Indio Araucano no se estableció en el continente, sino en la isla de Puerto Rico, donde desde 1968 estuvo cantando, presentándose y también gerenciando locales de comida de su propiedad.

La etapa de New Jersey

Puerto Rico funcionaba para el Indio de una forma muy similar a Cuba: le servía de plataforma en el Caribe para estar cerca de sus mercados naturales: Santo Domingo, México, Colombia, Venezuela. Pero también se “contaminó” con la música de las islas e incluyó temas como Adiós a Cuba o Allá voy si no me caigo, dedicado a Puerto Rico.

Cuando dio por terminadas sus iniciativas comerciales en borinquen, decidió establecerse en New Jersey. En 1984, tras toda una vida con visión limitada, recibió un transplante de córneas y se le extrajeron cataratas, con lo que finalmente logró recuperar el sentido de la vista totalmente.

En la ciudad estadounidense se dedicó a dar clases de canto y a presentarse en diversos locales frecuentados por el público latinoamericano. En los últimos años cantaba en el coro de su iglesia e impartía clases de canto.

Cuando cumplió cien años le organizaron un homenaje en Nueva Jersey y una vez más, subió al escenario y cantó, como si tal cosa.

Este 15 de marzo, Oswaldo Gómez rindió tributo a la vida, convirtiendo al Indio Araucano, definitivamente, en una leyenda de la canción latinoamericana. Paz a su alma.

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