Manuel Alfredo Sánchez Luna
Caracas, Venezuela, 22/2/1930 – Ídem, 28/6/1989
Alfredo Sadel fue un cantautor y actor venezolano, considerado el cantante popular y lírico más importante del país: el Tenor favorito de Venezuela, y caló en el imaginario de sus paisanos con la interpretación de boleros y folclore nacional.
Sus padres fueron Manuel Sánchez Benítez, un hombre irresponsable y borracho que dejó hijos “regados” por doquier, y Luisa Amelia Luna, quien luchó sola por levantar a sus hijos. Su padre lo obligaba a cantar canciones de moda y ese fue el “sistema” que lo hizo aprendérselas.
Sin embargo, finalizó la educación primaria a los 14 años y comenzó a trabajar, pero antes, en la escuela vio algunas lecciones de música con los curas que la regían.
Fue dibujante de caricaturas y calígrafo para La Esfera y “Fantoches; y se hace aprendiz en la agencia publicitaria McCann Erikson, junto a los maestros Jesús Soto y Carlos Cruz Diez.
El hombre récord
Su presentación del Ave María en la Catedral de Caracas impresionó a los presentes y apareció el mecenazgo que le permitió formarse en la Escuela Superior de Música de Caracas
En 1947 canta el pasodoble Diamante negro en el programa Caravana Camel de Radiodifusora Venezuela. En ese momento toma el apellido de un cantante que él admiraba (Carlos Gardel) y lo combina con el suyo, creando su nombre artístico, Sadel.
Al año siguiente graba ese mismo tema, Diamante negro, que fue el primer disco de fabricación nacional, y un éxito de ventas. Al año siguiente, grabó un disco que entre otros temas incluía Desesperanza, logrando récord de ventas y contribuyendo con el inicio de la industria disquera nacional.
En los ’50 debuta en el cine con las películas A La Habana me voy y Flor de Campo. RCA Victor lo contrata y graba con Aldemaro Romero y Terig Tucci estableciendo récords de ventas para América Latina en 1952.
Actúa en el teatro y la televisión estadounidense, incluyendo el mítico Show de Ed Sullivan, obteniendo prestigio. En 1954 era el artista latino más popular de la televisión norteamericana, de acuerdo con United Press.
La Habana, México, Caracas
En 1955 Sadel se mueve a La Habana, Cuba, en donde graba el álbum Mi canción, que fue el primer LP en el mercado de América Latina, y otro récord de ventas. Sadel incluso condujo un programa en la televisión cubana. Ya era un artista internacional de primera línea.
Lo que quedaba de esa década lo pasó grabando (incluyendo un mítico dúo con Benny Moré) y haciendo cine en México. También fundó la Asociación Venezolana de Artistas de la Escena, (AVADE).
La década de los ‘60, en cambio, fue de estudios y perfeccionamiento en el canto lírico, para lo cual viajó a Milán, en Italia. En Nueva York estrena la ópera cubana Cecilia Valdez, y viajó con óperas clásicas por toda Europa.
En España su éxito es arrollador: establece el récord de 27 funciones agotadas en la ópera española en 1964. Pero aún tiene otro récord dado que fue el primer cantante lírico venezolano en llegar a Siberia.
A pesar de su éxito en el canto lírico, para los venezolanos y gran parte de Latinoamérica, Sadel seguía siendo un intérprete popular y así lo sentían. Organizar una temporada de ópera en la Universidad Central de Venezuela o incorporarse a la zarzuela no lograron que la gente olvidase sus versiones de Vereda tropical, Desvelo de amor, Ansiedad o Madrigal.
Canta Arpa
Aunque se le recuerda sobre todo como vocalista, Alfredo Sadel también fue compositor y grababa sus propias canciones. Una de las más exitosas fue Canta Arpa, que resalta la relación entre ese instrumento y varios países del continente, pero también es suya la que inició todo: Diamante negro.
Grabó más de 2.000 canciones recogidas en unos 200 discos y 130 larga duración editados en diversos países.
En lo personal, tuvo como pareja a Rosa Rodríguez Barrera, con quien se casó en 1961, y tuvo tres hijos: Carlos Alfredo, Elvia Luisa y Alfredo.
Lamentablemente, en sus últimos días Sadel luchó contra un cáncer óseo, que lo venció cuando tenía 59 años. Sus restos reposan en el Cementerio del Este.