(Con información de El Nuevo Día)
La escena cultural puertorriqueña está de luto. El percusionista boricua Héctor “Tito” Matos falleció esta mañana a los 53 años, confirmó su familia. Durante décadas, el exponente se especializó en fomentar dos ritmos tradicionales puertorriqueños: la bomba y la plena.
Este plenero, nacido el 15 de junio de 1968 en el Centro Médico de Río Piedras y criado en el Barrio Chícharo de la Parada 25 en Villa Palmeras, en San Mateo de Cangrejos, conocido ahora como Santurce, además de sobresalir como músico con una amplia trayectoria, se distinguió por ser un gestor cultural.
Al momento se desconocen las causas de su muerte. Además de su esposa, Mariana Reyes Angleró, le sobreviven tres hijos: Héctor, Celiana y Marcelo.
Desde que su abuelo Felipe le regaló una pandereta un Día de Reyes, Tito no dejó de tocar el instrumento que, según él mismo afirmaba, lo llevó a conocer muchos lugares del mundo. Aprendió a tocar los barriles de bomba y todas las panderetas –incluyendo el seguidor y el punteador- pero se especializó en el requinto, convirtiéndose en uno de los requinteros más creativos de su generación.
Su extensa obra lo llevó a escenarios y festivales de todo el mundo, siendo miembro de agrupaciones como Pleneros de la 21 y Pleneros de la 23 Abajo en Nueva York.
Viento de Agua es el proyecto musical que fundó en la ciudad de Nueva York en 1996 con los hermanos músicos Ricardo Pons y Alberto Toro. Es un acercamiento progresivo y contemporáneo a los géneros afroboricuas de plena y bomba. El grupo modernizó los ritmos tradicionales al incluir piano, bajo, una sección de metales y, por primera vez, una batería. Con este logró cuatro producciones discográficas con la banda completa: “De Puerto Rico al Mundo”, “Fruta Madura”, “Opus IV” y “Sonidos Primarios”.
Asimismo, fundó el grupo La Máquina Insular, con el que grabó “Materia Prima”, un álbum de regreso a las raíces que presenta los géneros, bomba y plena, con su sonido original utilizando solo los instrumentos tradicionales. Con esta agrupación -con la que se mantenía trabajando- ofreció talleres digitales durante la pandemia para continuar educando y manteniendo viva la tradición oral de la plena y la bomba.
Comprometido con la cultura y la niñez puertorriqueña, en medio de la emergencia sanitaria mundial había impartido talleres de plena virtual para niños con el fin de instruirlos. Su autogestión comunitaria lo llevó en mayo del pasado año a inaugurar “La Casa de la Plena”, una exhibición que preserva la historia del género musical autóctono en una escuela rescatada en el Taller Comunidad La Goyco, situado en la Calle Loíza.
El pasado sábado, 15 de enero, Moros junto a su grupo, se reunió en el Taller Comunidad – La Goyco y junto al colectivo Agua, Sol y Sereno le dieron vida a una pequeña comparsa por el sector Machuchal y la calle Loíza para recrear Las Fiestas de la Calle San Sebastián.
Junto a un grupo de amigos pleneros, fue uno de los creadores del movimiento “Los Plenazos Callejeros”, que surgieron para crear un espacio para tocar. El invento se convirtió en un evento mensual que viajó por toda la isla, haciendo 71 paradas, provocando a los pleneros y manteniendo viva la tradición callejera y de esquina de la plena.
En el 2015, junto a su compañera Mariana Reyes Angleró, crearon el espacio cultural La Junta, ubicado en la calle Loíza, en el barrio de Machuchal donde vivía. En este se daba cine, teatro, talleres y se tocaba música en vivo. En el 2017, el huracán María lo destruyó.
Durante años recientes, Tito se presentaba junto a otros pleneros en lo que llamaba “Lunes de Plena” en El Boricua, en Río Piedras, donde invitaba a que los asistentes llevaran sus instrumentos y se integraran.