Se cumplen 170 años del Decreto Presidencial de José Gregorio Monagas que oficializó de una vez por todas la abolición del esclavismo en Venezuela.
No fue tarea fácil ésta en la que hasta nuestro Padre Libertador no contó con viento a favor.
Lo de Monagas fue el 24 de marzo de 1854, colocando su firma sobre la Ley aprobada por el Congreso de entonces. Con esa firma caía aquél estigma de la República venezolana nacida con ese inicial sello esclavista, ya que en 1811, según consta los africanos siguieron siendo una propiedad, aunque sus “amos” fueran republicanos.
Vendidos y también comprados como una mercancía, ellos fueron determinantes en varios reveses de la naciente república. Lo de Curiepe (1812) y la unión masiva a las tropas de Boves (1813) algo significaron más allá de la caída de dos repúblicas. Y es en ese contexto que Bolívar visualiza el contenido social de la independencia. Visualización que profundizará Petión en Haití al darle todo el apoyo posible pidiendo solamente la abolición esclavista como una causa independentista americana.
Lo solicitaría tres veces El Libertador e incluso daría libertad absoluta y su apellido a sus propios esclavizados, pero las estructuras coloniales seguían ahí. Zamora hizo lo posible por Tierra y Hombres libres. Ya sabemos lo que pasó.
El primer artículo del decreto de José Gregorio Monagas dice: «Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela.”. Benefició en mucho por indemnización a los antiguos propietarios de esclavizados, pero se hizo justicia, y se reconoce.
Hoy tenemos otro tipo de esclavitud, y hay que batallar contra su esencia devastadora, alienante, banal, adormecedora y atentatoria contra nuestra propia historia, heroica y digna.
Ojo, pues, que ya lo denunciaba Alí Primera en su tema “Esclavos de esclavos”, profunda pieza para escuchar… y actuar.
Prohibido olvidar, gracias apreciada y respetada Lil Rodríguez