Entren que caben cien

¡Cuéntale a los demás!

Foto: Daniel Colmenares

Y llegó el día, domingo hermoso en mi querida Caracas, es inevitable que la emoción me embargue pues como dije en días pasados se me confunden los sentimientos.

Es inevitable recordar hoy al creador de mis días Ángel Méndez, mi padre, un privilegio que solo tenemos cuatro a pesar de la adopción por admiración de algunos, lo que agradezco profundamente, solo cuatro llevamos directamente su sangre.

Orgulloso de cada uno siempre estuvo y así lo gritaba a los cuatro vientos, «amo a mis cuatro hijos». Y eso lo demostró en sus acciones, en su andar. Pero también amo la vida y la música, se autodenominó como musicologo y lo era por la diversidad que tenía en sus gustos, pero su niña mimada fue La Salsa y su hijo adorado Swing Latino.

Así lo considero un hermano menor que siempre vivió entre nosotros, hizo parte de sus dos matrimonios y su quinto hijo, el que no llevaba su sangre pero si su esencia.

«Junior» (como le decían en La Vega) cuidó y fortaleció está creación y fue su vida al punto de querer ser un músico más sin ejecutar instrumentos, sentía y padecía como ellos y no era para menos lo hacía desde 1977 y hasta el 2018 cuando se fue sin avisar y seguramente por más tranquilo que se durmió, por como era quizás se fue peleando con la pelona para quedarse, eso no lo sabré nunca ya que su cara era plácida aquel día de la despedida física, algo así como: me deje ganar…por ahora…

Angelito se fue con un anhelo pendiente que hoy le cumplimos sus hijos, gracias también a un montón de gente que nos tendió la mano, haciendo posible que el melómano se entere del regalo tan hermoso que le dejó a los músicos venezolanos en retribución a tanto amor a él, a Swing Latino en Venezuela y el mundo.

Todavía hay gente que no conoce está historia y quizás la vean superficial pero esto va más allá y queda plasmada en este libro Entren que Caben Cien, una referencia obligada para quien desea tener una fuente directa de información sobre esos actores de la salsa en Venezuela, escrito al mejor estilo de Angel Mendez, resaltando a todos lo que conforman una Orquesta y hacen posible esos éxitos que tanto nos identifica, esos músicos que nos arrancan todo tipo de emociones con su arte, eso es Entren que Caben Cien.
Habló por mis hermanos diciendo finalmente: «te cumplimos, papá, hoy tu libro es una realidad» y en tu honor termino mi nota de manera diferente:

SARAVÁ POR SIEMPRE PARA ÁNGEL MÉNDEZ.

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