Gloria Martín no solo la compuso estando Alí Primera a su lado, batallando juntos en el quehacer político, social. Es que Alí aceptó que era un Carrizo Desesperado con su cuatro alborotao para cantar la tonada de un pueblo amaneciendo.
Gloria, la Madre Cantora continúa con nosotros, alentando las horas y renovando con su ejemplo esa impronta imborrable. También acompañan las horas de este paisaje personajes muy cercanos al Cantor de la Patria Buena, como Ramiro Ruíz, Alí Alejandro, Andrés Castillo, el inolvidable Héctor Hidalgo Quero, el Pelufa Teodoro Meléndez, todos los hijos de Alí, Lilia, Chiche, y Sol luminosa mas la legión de amigos que dejó desparramada por todo el país, desde Carlos Ricardo Cisterna y Goyito Yépez con toda su familia en Barquisimeto hasta Taylor, el guaro que recorrió Venezuela según las letras de las canciones de Alí: Tía Juana, Paraguanera, Coquivacoa, la tierra de los Warao, el oriente de Luis Mariano, Caracas con su Alma Mater, donde Alí estudió antes de que la vida se le volviera un cantar y su combate una sola canción. Ya había aprendido la importancia de preguntar y preguntarse…
Todo se rescata de la vida de este hombre que ya tendría 83 años terrenales y que tiene centurias de antes, y del futuro.
Ahora como clavel de gratitud asoma el Cantor en una película ya estrenada apenas hace dos días, contando con la dirección de Daniel Yegres, y que con seguridad veremos con ojos de gratitud, tanto por el personaje como por el esfuerzo realizado. Además, donde esté el guionista Carlos Tavárez, siempre habrá una gran calidad humana.
Al saludar la primera producción cinematográfica surgida al amparo de la Misión Viva Venezuela mi Patria Querida, saludamos la diversidad que somos, reflejada siempre por la ternura que fue y sigue siendo Alí Primera, el eterno Carrizo Desesperado… de amor.