
La voz de Simón Díaz llevaba años sonando en la radio y la televisión venezolana. A pesar de su rostro poco agraciado y su voz chillona (o tal vez gracias a esas características), se había hecho un lugar en los medios de comunicación con un perfil popular y humorístico, papel que finalmente asumiría su hermano, Joselo.
Para el tiempo en que Simón Díaz se movió a Caracas, los medios eran pocos e incipientes. En ese contexto y de la mano del arpista Hugo Blanco, ya famoso por Moliendo Café, se había posicionado entre los cantantes más conocidos de la esfera nacional, pero siempre desde el humor. No obstante, si revisamos su discografía, encontramos que casi siempre había un tema “en serio”, de arraigo local o de carácter romántico, siempre apoyándose en los géneros del folclore.

Esta tendencia se rompe con Tonadas, álbum producido por ya mencionado socio y amigo, Hugo Blanco, porque por primera vez, Simón Díaz lleva la batuta temática y aunque incluye la guasa Serenata en Barbacoas, de los 10 temas nueve se alejan del humor.
Un espejo del llano
El álbum no es exclusivamente de tonadas e incluye también pasajes y joropos, propios del sistema musical llanero. Comienza con la Tonada del Cabrestero, canto que se inspira en las largas migraciones que efectúa la peonada junto al ganado para huir de lluvias y sequías según sea el caso.
Simón se apoya en coplas populares que reacomoda y redibuja para darles forma de tonada: así nace el tema más conocido de este álbum, Tonada de luna llena, que hoy cuenta con casi tantas versiones como Caballo Viejo. También aparecen los pasajes El Alcaraván, que ilustra la creencia popular de que esta ave anuncia los embarazos; y Mi Querencia, un canto nostálgico centrado en el fenómeno de la migración interna desde el campo hacia las ciudades.

Igualmente, toma poemas de Alberto Arvelo Torrealba (Clavelito Colorado) y Aquiles Nazoa, (El loco Juan Carabina), para completar un disco magnífico, en el que se aprecia en buena parte de su enorme dimensión, el espíritu del llano venezolano.
La historia que explica al álbum
Simón Díaz contó muchas veces que de niño aprendió los cantos de trabajo propios del llano y, entre ellos, los de ordeño: canciones que los campesinos cantan a las vacas para calmarlas mientras las ordeñan y que se conocen como tonadas. Al ver la industrialización de la ganadería, se dio cuenta de que esta actividad, y con ello su canto, podría desaparecer.
Este pensamiento se mantiene latente en la carrera de Simón Díaz desde los años ‘50 hasta 1974, cuando aparece el álbum que nos ocupa. Tonadas.
Éxito absoluto, el disco es reeditado el mismo año por el hoy extinto Banco Unión, que lo usa como obsequio para clientes y empleados. Este trabajo implicó un hito en la carrera solista de Simón, quien hasta ahora había sido relacionado a Hugo Blanco y ahora tenía un peso específico por sí mismo.
Tres años más tarde aparecería Tonadas II, secuela obligatoria en que se encuentra El Becerrito (La vaca Mariposa) y al que dedicaremos otra entrega de Discos Increíbles.
Si quieres saber más acerca de la biografía de Simón Díaz, puedes ver nuestro video AQUÍ. o haciendo clic en la imagen de abajo.
Ficha técnica:

Artista: Simón Diáz
Título: Tonadas
Año: 1974
Sello: Palacio
País: Venezuela
Temas:
Lado A
Tonada Del Cabrestero
Pintiparao
El Loco Juan Carabina
Serenata En Barbacoas
Lado B
Sabana
El Alcaraván
Tonada De Luna Llena
Clavelito Colorado
Arbolito Sabanero
Mi Querencia
Duración total
Artistas:
No hay datos ni créditos asociados a este álbum, a excepción del mismo Simón Díaz, quien probablemente grabó aparte de su voz, el cuatro venezolano en las tonadas.
Si atendemos a los vínculos y la historia de Simón Díaz para esa fecha, puede inferirse que los temas que no son interpretados por él a solas, deben haber sido grabados por los integrantes del conjunto de Hugo Blanco, incluido éste último en el arpa.
Los dejamos con el álbum completo para su disfrute.





