
“Creo que va a ser la primera vez que uso el nombre de mi pueblo para dirigirme a otro pueblo porque hablar en nombre de un pueblo es una responsabilidad demasiado grande, pero creo que no corro ningún riesgo, ante mi pueblo, si les digo en nombre de toda Cuba, un gran abrazo solidario latinoamericano con el pueblo de Chile y una gran felicitación entrañable por la democracia”.
Silvio Rodríguez
Chile o un pueblo incompleto
Apartando la letra de Causas y azares, tema con que inició su participación, las citadas arriba fueron las primeras palabras de Silvio Rodríguez tras esperar 17 años para volver a pisar el suelo chileno, en donde su obra y él mismo estuvieron proscritos durante la larga y cruenta dictadura de Augusto Pinochet.
Contexto: es el 31 de marzo de 1990 y Chile renacía de sus cenizas tras un contundente NO a la continuidad del mandato militar, el año anterior. Como había predicho Pablo Milanés, empezaban a retornar los libros y canciones que quemaron las manos asesinas. Retornaba Silvio Rodríguez, cuyas canciones eran más que obras para escuchar, herramientas de la lucha clandestina, distribuidas en medio del terror de mano en mano, en cintas de casette.
Pero faltaban muchos, muchos que no podrían regresar, por razones diversas: entre ellos miles de exiliados, miles de desaparecidos y asesinados; y por supuesto, el entrañable trovador Víctor Jara, martirizado en los primeros días del oprobio por los milicos.
Récord de asistencia en Chile
El escenario es el Estadio Nacional, en Santiago de Chile, en donde la presencia del trovador cubano logró convocar a 90 mil personas, cifra a la que ni siquiera los Rolling Stones lograron acercarse una semana antes en el mismo lugar.
Silvio deseó regresar a Chile desde un principio. Su canción Santiago de Chile lo atestigua y declara: “eso no está muerto, no me lo mataron, ni con la distancia ni con el vil soldado”. Finalmente, las diligencias hicieron el milagro, sumando a Isabel Parra (hija de Violeta) a la mezcla musical. De ñapa, Silvio invitó a acompañarlo a Chucho Valdés y al mítico conjunto Irakere.
El concierto inicia con el increíble Concierto Andino, una introducción de casi 10 minutos a cargo de Irakere, para dar paso a Silvio, quien planta cara en solitario a la multitud, cantando Causas y azares. Seguirá por esa tónica (lo sabemos por los videos que se conservan de la transmisión que en su momento hizo la televisión chilena) y eventualmente llegará a Pequeña Serenata Diurna.
“Vivo en un país libre…” dice la canción, y el estadio estalla en aplausos. “Todas las felicidades cuestan muertos”, suelta el trovador antes de dedicar el concierto, y especialmente el tema El Hombre Extraño a Víctor Jara.
No pierde tiempo en remontar con Por quien merece amor, y al final de este tema reaparece el Irakere, aportando una sonoridad tremenda al tema, y esa sonoridad se va a quedar durante el resto del concierto, excepto en el tema En mi calle, en que Silvio se acompaña únicamente del piano de Chucho Valdés.
Un concierto, nuevos arreglos
Es importante resaltar que el orden de las canciones en los discos no se corresponde con el orden de las canciones en el recital. En este texto compartiremos el orden de las canciones que se decidió para los discos, pero también compartiremos el video del concierto y, al final, los discos.
Al final de los álbumes hay tres temas emblemáticos y en un orden no menos significativo: La resurrección, hecha especialmente para Chile, el tema Santiago de Chile, y finalmente una versión muy especial de Venga la esperanza.
Hay que destacar de estas últimas tres canciones, y en general de todo el concierto, los increíbles arreglos que aporta la tríada de Chucho, Diego y Oscarito Valdés, quienes hacen, Irakere mediante, cambios profundos en las canciones que interpretan, si los comparamos con sus originales grabados en la discografía de estudio. No es sorprendente para quienes conocemos la potencia de Irakere. Bastará con decir que al final de los álbumes llegamos a escuchar los compases del Himno a la Alegría, de Ludwig Van Beethoven.
Álbum para un final
La idea y las ganas de grabar el concierto fueron en gran medida una misión que se propuso Ricardo García, un incansable promotor de la música tradicional, del rock hecho en Chile y, sobre todo, del canto de resistencia durante los años más oscuros en su país. No es casual que en la portada del álbum aparezca una dedicatoria dirigida a él por parte de Silvio.

García, en las listas negras de la dictadura desde 1973, había fundado en 1975 un sello disquero llamado Alerce, que se ocupó de grabar a decenas de artistas que, a pesar de las persecuciones y riesgos, seguían viviendo en Chile. El estudio de grabación 380, perteneciente al sello, funcionó en la calle Simón Bolívar 3275, en Santiago, hasta que en 2011 debieron vender las icónicas instalaciones. Actualmente el catálogo de Alerce forma parte del Archivo Nacional de Música.
Volviendo al concierto y los álbumes, las grabaciones hechas por García y su equipo se trasladaron a Ciudad de México para su mezcla y masterización, así como para eliminar los largos aplausos y partes del concierto que no aportaban a la grabación final.
El álbum triple, una especie de tríptico informal, finalmente pudo lanzarse en 1991, sin incluir todos los temas, dejando afuera la mayor parte de los que Silvio interpretó al principio, acompañado sólo de guitarra, así como Canción Urgente para Nicaragua. Se incluyen Generaciones y Solo el amor cantados por Isabel Parra. Para quienes lo tienen en CD (y también en las plataformas de música) es un álbum doble.
Ricardo García falleció el 2 de junio de 1990, cuando apenas se empezaba a editar el disco en México, apenas dos meses después de coordinar la grabación que hoy disfrutamos.
Ficha técnica:

Artista: Silvio Rodríguez (con Irakere e Isabel Parra)
Título: Silvio Rodríguez en Chile
Año: 1990
Sello: Egrem
País: Cuba
Temas:
Disco I
Lado A
Concierto andino (introducción)
Causas y azares
Décimas a mi abuelo
Lado B
Tonada de la muerte
Pequeña serenata siurna
El hombre extraño
La maza
Disco II
Lado A
Por quien merece amor
Canción en harapos
La escalera
Lado B
Generaciones (canta Isabel Parra)
Solo el amor (canta Isabel Parra)
Unicornio
Sueño de una noche de verano
Disco III
Lado A
En el jardín de la noche
Rabo de nube
Mariko-San
En mi calle
Oh melancolía
Lado B
La Resurreccion
Santiago de Chile
Venga la esperanza
Duración total: 2h 08’49”
Artistas:
Voz líder y guitarra: Silvio Rodríguez
Cantante invitada: Isabel Parra
IRAKERE:
Bajo: Carlos del Puerto, Diego Valdés.
Batería: Enrique Pla, Oscarito Valdés
Clarinete: Javier Zalva
Computadora de ritmo: Oscarito Valdés
Flauta: Javier Zalva, Orlando Valle
Fliscorno: Adalberto Lara, Juan Munguía
Guitarra Eléctrica: Carlos Emilio Morales
Percusión cubana: Miguel Díaz Angá, Oscar Valdés
Piano: Chucho Valdés
Saxo alto y soprano: César López
Saxo barítono y soprano: Javier Zalva
Teclados: Chucho Valdés, Orlando Valle
Trombón: Carlos Álvarez
Trompeta: Adalberto Lara, Juan Munguía
Coros: Carlos Álvarez, Oscar Valdés
Dirección Musical: Chucho Valdés
Arreglos: Chucho Valdés, Diego Valdés, Oscarito Valdés
Grabación y sonido: Miguel Ángel Bárzagas
Mezclas: Francisco Miranda y Fernando Roldán (Polygram de México)
Producción: Silvio Rodríguez y Ricardo García (Sello Alerce, Chile)
Foto de portada: Silvio Rodríguez Domínguez
Dirección general: Silvio Rodríguez Domínguez
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