El álbum Bandidos Rurales de León Gieco es un trabajo contundentemente argentino y contestatario. No es de extrañar, porque Gieco es un cantautor muy importante en Argentina y también es conocido por su militancia en las causas sociales.
Ya la portada nos ubica en la situación, y en el tiempo. La cosa es que en todas partes de Latinoamérica y durante todo el Siglo XIX y parte del XX, hubo personajes calificados como bandidos o forajidos, que se rebelaban contra el status quo. Algunos, muy distintos al bandolero que Hollywood nos vendió en las películas de vaqueros con sus letreros de “Se busca”.
Algunos de esos personajes eran simples forajidos, como los famosos Bonnie and Clyde, pero otros, como Lampião y María Bonita, del nordeste brasileño, vivían al estilo de Robin Hood, con bandas organizadas que salvaban de la miseria a su gente.
Bandidos Rurales, el disco, toma su nombre de la primera canción que lo integra: el primer track, que habla acerca de esa dualidad héroe-villano que encarnan los bandidos canonizados por la cultura popular, Vairoleto y Mate Cosido.
Con este tema Gieco recupera la misión primera que tuvo la trova y la juglaría: contar las hazañas de personajes clave en la historia, tal como ocurre en el Cantar del Mio Cid y en un amplio abanico de expresiones musicales a lo largo del continente americano.
Recordemos que este álbum aparece en 2001: fue, en Argentina, el año del corralito financiero, el año del hambre, las protestas y saqueos en las calles; el año de los cinco presidentes y por supuesto, el año de la estafa institucionalizada contra el pueblo llano. Y esto son sólo los titulares de un disco casi noticioso.
¿Noticiero? sí, amor también
Siete temas de este disco tienen corte sociopolítico: apelan a la denuncia, a la historia y al reclamo de justicia en diversos espacios, que incluyen a indígenas, vendedores ambulantes, obreros o víctimas de Derechos Humanos.
Los otros seis temas políticos contienen letras dolorosas y directas: son particularmente duros los temas Las madres del amor y La Memoria, referidas a la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en su eterna búsqueda de hijos y nietos usurpados; así como a la atroz dictadura que asoló al país entre 1976 y 1982.
De Igual a Igual es, por otra parte, un clamoroso llamado a la conciencia nacional en muchos niveles, y una guía que parece responder a la pregunta “¿Quién nos hace este daño?”, en medio de una incertidumbre tremenda en la sociedad argentina. La misma función cumple Canción para luchar, en un tono más reflexivo.
Pero este disco también guarda sorpresas románticas y esperanzadas como Buenos Aires (De tus amores), una canción dedicada a su ciudad. Viejos amores (en clave de trova) o Sin Querer, una especie de recuento vital del propio Gieco, quien para ese entonces arribaba a 50 años, un hito que no suele pasar inadvertido en la vida de una persona.
Bandidos Rurales de altos kilates
Si el planteamiento político es contundente, el anclaje musical para este mensaje no lo es menos. Gieco pasea con facilidad desde una chacarera hasta un rock con mucha fuerza en las guitarras (se usan al menos cinco en el álbum), sin descuidar la balada o la trova.
Una de las características más hermosas de Bandidos Rurales es la cantidad de colaboradores de altísimo nivel que logró convocar Gieco, empezando por don Sixto Palavecino, violinista histórico del folclore argentino, quien aparece como protagonista en la introducción de Ídolo de los Quemados. Este segmento, curiosamente, no quedó en el track de ese tema sino que está al final del anterior.
También aparece otro histórico de la canción argentina, como Víctor Heredia, quien se suma en La Guitarra, poesía de Atahualpa Yupanqui que Gieco musicalizó con los acordes y estilos del folclore sureño. En tres temas cuenta con la compañía del ganador del Oscar, Gustavo Santaolalla.
El arreglo de De Igual a Igual remite a Irlanda, a lo celta, en una introducción que luego se convierte en un motivo permanente en la canción. Buena responsabilidad le corresponde al talento de Carlos Núñez Muñoz, un erudito en música celta nacido en Vigo, quien se encarga de las flautas y whistles en este tema.
Sin embargo, el mayor despliegue de músicos invitados está en Las Madres del Amor, en la que participan, lo mismo que Santaolalla, Ricardo Mollo, Nito Mestre y Charly García, todos referentes del rock argentino.
En resumen, es un álbum que contiene una mezcla explosiva de músicas diversas, fusión entre los sonidos campesinos y urbanos, así como entre lo local rioplatense, el sonido celta y las tendencias más agresivas del rock. Una joya.
Ficha técnica:
Artista: León Gieco
Título: Bandidos Rurales
Año: 2001
Sello: EMI – Odeón
País: Argentina
Temas:
- Bandidos Rurales
- Buenos Aires (De Tus Amores)
- Sin Querer
- Ídolo De Los Quemados
- Uruguay, Uruguay
- Ruta Del Coya
- Las Madres Del Amor
- Canción Para Luchar
- La Guitarra
- De Igual A Igual
- La Memoria
- Viejos Amores
Duración total: 1:00’00”
Artistas:
Acordeón: Luis Gurevich
Armónica: León Gieco
Bajo: Jimmy Johnson
Cello: Larry Corbett
Flauta: Carlos Núñez Muñoz
Guitarra 1: Claudio Marciello, Eduardo “Toto” Méndez, Eduardo Rogatti, Grant Geissman, León Gieco, Luis Gurevich, Michael Thompson, Ricardo Mollo.
Guitarra 2: Silvio Ortega
Guitarra 3: Carlos Morales
Guitarra Dobro: Eduardo Rogatti, Michael Thompson
Guitarra Slide: Luis Gurevich
Guitarrón: Marcel Chávez
Mandolina: Eduardo Rogatti, Grant Geissman
Órgano: Charly García
Piano: Luis Gurevich
Ronroco: Gustavo Santaolalla
Teclados: Hugo Fattoruso, Luis Gurevich
Sampler: Luis Gurevich, Osqui Amante.
Viola: David Campbell, Novi Novag
Violín: Anastasio Peñaloza, Don Custodio, Joel Derovin
Violín solista: Sixto Palavecino
Whistle: Carlos Núñez
Batería: Osvaldo Fatturoso, Russ Kunkel
Percusión: Alex Acuña
Coros: Andrés Giménez, Chizzo Nápoli, Francis Benítez, Gustavo Santaolalla, Leyla Hoyle, León Gieco, Nito Mestre, Ricardo Lorio, Ricardo Mollo, Víctor Heredia.
Voz lider: León Gieco
Arreglos: David Campbell, Eduardo «Toto» Méndez, Kenny O’brien, Luis Gurevich.
Compositores: León Gieco, Luis Gurevich
Letras: Alicia Scherman, Atahualpa Yupanqui, Hugo Chumbita, León Gieco
Dirección musical: León Gieco, Luis Gurevich
