Solía ir mucho al sello disquero Sonográfica. Iba de la mano de Henrique Lazo, quien me dateaba acerca de lo que iban haciendo los músicos. Además estaba la oficina de los creadores, productores de promociones, de campañas, de estrategias de lanzamiento, etc.
En esa oficina de creadores conocí a Néstor Francia. Junto a él estaban Álvaro Serrano, Alfredo Cabrera, y también Gustavo Báez, hermano de Aquiles. Allí en la oficina de los creadores el nivel de la conversación musical era otro, pasando desde el Bolero y los orígenes del Tango hasta novedades del Bambuco, del Pasillo, y la promesa de la cerveza juntos o la ida a algún ensayo o concierto. La oficina se desbordaba, en fin, más allá del trabajo del sello.
Quién diría que al poco tiempo Orlando Montiel me llamó para que me encargara de la prensa del sello y de Sonartist, y ello me permitió más cercanía a todos, Néstor incluido, claro.
Este excepcional venezolano nacido en 1947 solo había publicado un libro (Oxiuro colosal) cuando en 1986 asistimos con mucho regocijo al bautizo del libro que escribió junto a Alfredo Cabrera: Déjame que te cuente en el que recogen las entrevistas realizadas a Yordano, Colina, Franco de Vita e Ilan Chester, que más que entrevistas son poemas narrados en un ambiente de descubrimiento (por parte de los autores) y comprensión de las propuestas de esos cuatro músicos en lo concreto. El prólogo, también en mélodica de descubrimiento lo escribió José Ignacio Cabrujas.
La vida lleva a cada quien por un sendero. Con el tiempo nos encontraríamos en la calle, en la batalla diaria por la verdad digna, en clave de Sol.
Se fueron Cabrujas, Gustavo, Álvaro y ahora Néstor. Algo traman por allá y tal vez lo sepamos a través de la prosa de Roberto Malaver.
Buen viaje, Néstor, creyente en los fantasmas y en el sortilegio del bolero. Buen viaje, amigo.