Eduardo Parra Istúriz
(RCA – 01/08/2022) Cada primero de agosto se celebra el Día de la Pachamama en las comunidades andinas de varios países, siguiendo una tradición que se remonta a un tiempo mucho más lejano que la llegada de los españoles a estas tierras.
Pachamama es un término que se traduce literalmente como “madre tierra”, pero que en realidad se refiere a la energía materna que se encuentra en la tierra y que, por tanto, nos rodea. “Pacha” significa universo, espacio, tiempo, mientras que “mama” hace referencia a la madre.
Desde la cosmovisión de los pueblos originarios, es una deidad creadora, y a veces destructora, porque necesita renovarse. Responde a los ciclos estacionales y permite las actividades de los hombres, tales como la siembra; indica el momento de la lluvia, del crecimiento y desarrollo de las plantas, tanto como propicia su cosecha.
La Pachamama cumple sus ciclos
En los pueblos andinos se celebró desde tiempos inmemoriales la fertilidad, se agradece a la tierra por lo que ha dado, y se le devuelve un poco de lo recibido. En estas fechas del año ya ha pasado el tiempo de cosecha y la tierra está renovándose, descansando, preparándose para volver a dar vida.
No es de sorprendernos que agosto sea una fecha apropiada para ello, dado que en el hemisferio sur es invierno y claro, viene la primavera.
Aunque a la Pachamama no se le reza, se le honra mediante el respeto a sus espacios sagrados y la celebración de su día, que quedó fijo en el 1ro. de agosto a partir del uso del calendario gregoriano en América.
La celebración consiste en la preparación de comidas típicas, rituales y la Corpachada (darle de comer a la tierra). La celebración reúne a toda la comunidad e incluso convoca a personas de pueblos y caseríos vecinos, que buscan reunirse con los suyos en esta tradición.
A la Pachamama se le da de la misma comida que se comparte en la comunidad, reforzando el mensaje de que la tierra merece exactamente lo mismo que nosotros, dado que somos una unidad, los humanos y la tierra. En ese sentido recuerda a otras tradiciones como la Wicca, que también celebra a la naturaleza.