Lil Rodríguez
Cuba perdió la madrugada de este miércoles 1° de septiembre a uno de los más altos exponentes de su música y de la cubanía. No sólo perdió Cuba. Pierden el Caribe, la América Latina y el mundo a un profundo investigador, a un compositor extraordinario, a un arreglista sin par y a un cubano con el sentido exacto de lo que significa el baile en lo físico, en lo emocional, en lo social y en lo ancestral. El baile, de pareja enlazada, que tanto defendió Adalberto Álvarez es la conexión humana que por estos lares no nos ha podido quitar el imperialismo, y miren que lo ha tratado con los bailes sueltos que impiden el abrazo. (todos sabemos cuáles son, pero ese es otro tema)
Adalberto Álvarez tenía 72 años de edad, y estaba cercano a los 73 que cumpliría el 22 de noviembre próximo. El músico, compositor, arreglista y director fue creador de dos de las más afamadas orquestas de Cuba: El Son 14 y Adalberto y su Son. Se nutrió del más puro Son cubano, con mucha historia.
Puso a bailar a multitudes en todos los rincones del mundo. Además, Adalberto destacó por numerosas composiciones que pasaron a ser permanentes en el cancionero popular de Cuba, entre ellas “Y que tú quieres que te den” con la que definió también su posición religiosa de fuerte ascendencia Yoruba.
Adalberto fue factor fundamental con su trabajo para que se declarara en Cuba el Día Nacional del Son los 8 de mayo. Fue galardonado en varias oportunidades. Fue Premio Nacional de Música y también fue electo diputado por Camagüey ante la Asamblea Nacional del Poder Popular de su país.
No es poco lo que se pierde al partir físicamente un músico en plena capacidad productiva, que sus 72 años no significaban nada en su mente, en su corazón, en su talento.
Bendiciones para Adalberto Álvarez, “Caballero del Son” de quien nos honró su amistad personal, añeja y musical.