Armando Manzanero: partero de un bolero moderno

¡Cuéntale a los demás!

Hace 90 años nació en Yucatán, México, Armando Manzanero; uno de los más insignes músicos de Latinoamérica, autor de más de 400 temas románticos y referente irreemplazable del bolero para el resto del mundo.

(RCA – 06/12/2025) Corría el año 2015 cuando este escribidor, trabajando en un diario de circulación nacional en Venezuela, tuvo la oportunidad de hablar con Armando Manzanero. Parece mentira pero el impacto de saber con quién estaba hablando me ha hecho olvidar qué asunto justificaba el contacto. Lo cierto es que tenía -y tengo- consciencia de haber cruzado algunas palabras con la historia viva de la música.

Manzanero creó tantos éxitos que es difícil enumerarlos, y la mayor parte de ellos en ritmo de bolero, un género que es Patrimonio Cultural de la Humanidad y cuyo expediente fue consignado de forma conjunta por Cuba, donde nació, y México, donde obtuvo una popularidad enorme. Suponemos que las complicaciones que sufre Cuba alcanzan el ámbito de la Unesco y de allí que el expediente sea conjunto. Pero aclaremos, por si acaso: el bolero es cubano.

México lo toma prestado y aporta lo propio. Manzanero es producto, pero también causa de esa pasión de los mexicanos por el bolero. ¡Y cómo!. Esta tarde vi llover, Somos novios, Contigo aprendí o No se tú, temas inmortales, son apenas una muestra de la extraordinaria obra del yucateco.

90 o 91, idéntica genialidad

Si atendemos a sus documentos, Manzanero arribaría en 2025 a los 90 años, porque su fecha de nacimiento oficialmente está datada el 7 de diciembre de 1935, pero su documentación contiene un error que él mismo se encargó de aclarar: «Mi acta de nacimiento está un poquito chueca, porque nazco el 7 de diciembre de 1934, pero mi papá me registra mucho después”, así que el compositor tendría un año más, 91.

Aquel niño llevaba en sus genes la música: su padre, Santiago Manzanero, fue uno de los fundadores de la Orquesta Típica Yucalpetén, institución merideña que sigue activa; mientras que su madre, Juana Canché, era intérprete de la jarana jarocha, instrumento típico de Veracruz y otros estados costeños del lado del Golfo de México. La actividad de sus padres y la fundación de la mencionada orquesta lo mantuvieron en contacto intenso con la música desde pequeño.

Orquesta Típica Yucalpetén en 1942

Por otra parte, el elemento indígena, patente en su fenotipo, también es clave en su formación cultural, dado que su lengua materna no fue el español, sino el maya. Durante sus primeros años, Armandito estuvo al cuidado de su abuela, quién únicamente hablaba ese idioma ancestral, y fue recién a los 5 años que comenzó a tener contacto con el de Cervantes.

Con 8 años, está listo para comenzar sus estudios formales de música, que inicia en la Escuela de Bellas Artes de Mérida, capital yucateca que lo había visto nacer. Si atendemos a la corrección de su fecha de nacimiento, la fundación de la Orquesta Típica Yucalpetén y el inicio de sus estudios musicales ocurrieron el mismo año.

La incógnita del compositor

Si la memoria no falla, el primer tema que escuché de Manzanero fue Esta tarde vi llover, estilizada al tiempo de balada en voz del brasileño Roberto Carlos, cantante de culto en mi núcleo familiar. Pero este dato puede estar matizado por decenas de otros boleros y canciones que se escuchaban de forma regular en el tocadiscos de la casa, en voces y versiones tan diversas como las del Trío Los Panchos, Vikki Carr, Cheo Feliciano, La Lupe, Tito Rodríguez, Chucho Avellanet, Lucho Gatica o Celia Cruz.

Por supuesto, yo no sabía que Voy a apagar la luz, Yo soy para ti o Adoro eran obra del mismo compositor, y mucho menos que éste fuese un mexicano de voz gangosa, pero de inspiración genial. Sin embargo, en aquellos tiempos, libres de música digital, los vinilos traían una carátula y uno leía los créditos de los álbumes. El nombre de Armando Manzanero se repetía muchas veces, lo mismo que el de Tite Curet Alonso o César Portillo de la Luz.

Con el tiempo tuve conciencia del trabajo de los compositores y le puse rostro, seguramente mediante alguna entrevista televisada, al genio detrás del nombre. Y es que para el momento en que yo nací, ya el pequeño gigante musical llevaba 25 años creando estupendas canciones, alimentando el género del bolero.

Primeros y grandes éxitos

Para 1956 ya Manzanero es un pianista de primera línea y se desempeñaba como director musical de CBS Internacional en México, vinculándose así al mundo del disco. Sin embargo, el éxito comienza a brillar para él en 1965, cuando su tema Cuando estoy contigo obtiene el primer lugar del Festival de la Canción, en Miami. Al año siguiente, el bolero No se convierte en un hit radiofónico en voz de Carlos Lico.

No, en voz de Carlos Lico

A la competencia de CBS, la omnipresente RCA Víctor, no le pasó inadvertido su talento y es así como este sello lo invita a grabar un álbum propio, el primero en su carrera y al que tituló simplemente Mi primera grabación.

A pesar de que hasta entonces sus canciones sólo habían sido cantadas por terceros, el influjo del yucateco es tan grande que, incluso en la aislada Cuba, el veinteañero Silvio Rodríguez se quejaba de que, mientras él y sus compañeros de la trova llevaban letras complejas y de corte social a los escenarios, la gente les pedía canciones de Manzanero. (Epistolario del subdesarrollo, 1968).

It’s impossible, Elvis Presley

Otro hito importante fue la grabación de It’s Impossible (1970), versión en inglés de Somos Novios, cantada por el mismísimo Elvis Presley, abriendo así un mercado nuevo para la música del bardo merideño.

El renacer del bolero

Manzanero es heredero del trabajo que alrededor del bolero realizaron otros grandes compositores mexicanos, como María Grever, Consuelo Velásquez o Agustín Lara, pero también un gran impulsor de ese estilo musical. Sus composiciones siguieron el camino del éxito durante los años ‘70. Sin embargo, en la década siguiente el bolero comenzó a ceder terreno.

Hay que mencionar que a partir del bolero tradicional cubano, al estilo sencillo de la trovadora María Teresa Vera, o de conjuntos como el Trío Matamoros, surgen varias ramas o subgéneros: el bolero en formato de trío mexicano (Los Panchos y otros por el estilo), la bachata dominicana (Sonia Silvestre, Víctor Víctor) y el filin, forma jazzística desarrollada en Cuba (César Portillo de la Luz, Pablo Milanés). En Nueva York, el bolero se asocia a las orquestas de salsa para ofrecer la alternativa romántica (Santos Colón, Cheo Feliciano).

Contigo aprendí, Cheo Feliciano.

De estas variantes, sólo el filin florece después de los 70, pero nuevamente el bloqueo a Cuba limita su expansión. En Dominicana, hasta la revelación de Bachata Rosa (Juan Luis Guerra), la bachata permaneció sobre todo en el mercado interno; y en México, el bolero retrocede hasta casi desaparecer ante el auge de la balada romántica. En el mundo de la música bailable decayó junto con la caída de la Fania. De golpe el bolero estaba casi desaparecido de las radiodifusoras.

Lo que no se esperaban era la unión de dos grandes estrellas para producir grandes álbumes de boleros: el genio de Armando Manzanero como compositor, arreglista y productor, aprovechando la voz privilegiada de Luis Miguel en el álbum Romance. Este disco lanzado en 1991 supuso un éxito mayúsculo y le presentó el bolero a una generación que había crecido a la luz de un pop insulso, el rocanrol y la balada romántica.

Te extraño, Luis Miguel

Con 7 millones de copias vendidas y 70 discos de platino, este primer álbum sería el inicio de una serie virtuosa que incluirá los discos Segundo Romance, Mis Romances y Mis boleros favoritos, todos enormes éxitos de ventas con la producción, asesoría y colaboración de Manzanero. El impulso que estos discos, lanzados a lo largo de una década, ofrecieron al bolero, puede respirarse aún; y temas que habían quedado enterrados bajo una montaña de temas comerciales, hoy son conocidos debido a las estupendas versiones grabadas en esta serie.

El absurdo final de Manzanero

La muerte de Roberto Cantoral, otro gran compositor mexicano, abrió una puerta inesperada en la vida de Armando Manzanero. Cantoral, autor de éxitos como El Reloj (no marques las horas) o El Triste, gran éxito en voz de José José, era desde 1982 el presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México, hasta que falleció en agosto de 2010.

Fue entonces que el nombre y la experiencia de Manzanero fueron considerados para ocupar ese cargo, en el que se mantuvo activo hasta su fallecimiento. En el interín pasaron cosas interesantes: obtuvo el Grammy honorífico por su trayectoria en 2014, grabó nuevos y viejos boleros con artistas de varios países, incluyendo Café Quijano y María Dolores Pradera, artistas españoles que se asomaron al género cubano.

Esperaré, Café Quijano

Lamentablemente, llegó la pandemia de Covid19 y el mismo genio musical que logró un renacer tan grandioso como inesperado, integró las corrientes negacionistas de los peligros del virus. Es así como, desoyendo toda advertencia, organizó una gran fiesta para celebrar sus 85 años, en medio de la ola viral, en la que se contagió fatalmente.

Fue hospitalizado el 17 de diciembre de 2020 y falleció el 28 de ese mes, complicado por el virus cuya existencia negó. Verdaderamente, al margen de su edad, murió por imprudente y por desafiar con soberbia el alcance del vector.

Manzanero fue cremado y actualmente reposa en su ciudad natal, Mérida, Yucatán, donde se eleva hoy una casa museo que honra su memoria.

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