
Y el Rumbero del Piano partió al Bosque Sagrado, partió con su piano, de allí seguiría al Olorun al reino de los ancestros, a su encuentro con Edumare el dueño del hoy del ayer y de los días que están por venir.
Allí ante el dueño del palacio de los ancestros, entre irunmoles, orisas, ante el orisa del destino, ante Obatalá, rey del bosque; y entre hojarasca, zarzas, rosas árboles caídos, allí estarás.
Allí, Rumbero del Piano, tu musa premiara con tu verso al mundo de los ancestros, al mismo Edumare si es preciso. Las notas del rumbero del piano, llenas de irreverente pasión, serán loas lanzadas a las madres ancestrales.
Las notas al aire de tu piano llenas de amor, desamor, dolor y pasión, se adhirieron al cuerpo, mente y asuntos del pueblo que te seguirá hasta la eternidad.
Hasta siempre, Eddie Palmieri.
Florencio Betancourt – Eshu Okán Añá