
Para todo venezolano es sencillamente El Tano, pero tiene cuatro nombres y sus dos apellidos: Tomás Hernán Caupolicán Lenin Pérez Lavin, según él mismo confiesa. El apodo de Tano también es familiar.
Nuestro querido amigo, nacido en junio de 1948 en Fresia, Chile y criado en Valdivia fue cabeza caliente desde niño, y así sigue siendo. A los 15 ya hacía pancartas y diseñaba, lo que indica que siempre supo lo que quería. Y cómo sería que terminó siendo jefe de Arte en el comando de campaña de Salvador Allende.
Cuando llegó la hora del fascismo pudo cobijarse trabajando en la emisora Radio Chilena, que era de la iglesia católica, hasta que no pudiendo más con la presión salió de Chile hacia Venezuela con esposa e hijo muy pequeño.
En Venezuela siempre ha sido militante comprometido con el Bolivarianismo, consultado en temas de diseño comunicacional por el Comandante Chávez.
Bueno, esta Cota es para solicitar toda la buena vibra, las oraciones, mantras y cuanto sea positivo para nuestro amado amigo, quien está en situación delicada con su visión… y de ella depende para su trabajo.
Ciertamente tiene un pequeño equipo que le ayuda pero su responsabilidad en Abrebrecha UCV y en El Correo del Orinoco nos llevan a elevar las manos en oración, que es poderosa (que se los digo yo, que me alimenté de ellas).
Glaucoma, y una doctora a la que no le temblará el pulso para intervenirlo. Exámenes previos, cardiólogos, endocrinólogos, analistas para nuestro querido compañero que ya llegó a 77 primaveras combativas, con muchas flores.
Los médicos no se atreven a dar un porcentaje de visión. Son cautos pero esperanzados. Liguemos pues que a Tano le sea dado el don de una visión más clara para que pueda ser más feliz y seguir aportando, como aporta a nuestra alegría desde El Correo del Orinoco.
Bendiciones y Cantos de Alí, Tanito.
Aché.