
Esperando la invasión el ejemplo de Cuba y de muchos otros países del mundo agredidos constantemente se convierte en la Rosa de los Vientos para detectar las amenazas que se ciernen, una vez más, sobre nuestro país, Venezuela.
No es la primera vez que nos pasa. Recordemos lo que nos cuenta la historia de La Planta Insolente, recordemos el caso de la Corbeta Caldas que ingresó en aguas venezolanas a cuenta de que “no estaban delimitadas”. Recordemos las recientes agresiones de Guyana contra una territorialidad nuestra, aunque en disputa por el secuestro imperial de nuestros mares y tierras y conviene recordar los sucesos “musicales” para ingresar a nuestras tierras, desde la frontera cucuteña, con un bojote de presidentes y músicos lacayos, ni siquiera del Imperio sino del dinero que iban a cobrar.
No sabemos si en las escuelas enseñan estas historias de agresiones. Debería existir una materia al respecto.
Hemos presenciado el corazón a pecho abierto de nuestro pueblo, firmando por la defensa de la Patria y la Paz “aunque sea haciendo las arepas de los que tienen el fusil” y hemos escuchado canciones en todos los ritmos y voces, recientes, por supuesto en defensa de la soberanía.
Me acojo a una de Carlos Puebla en la Cuba de 1961, porque ese pueblo, sin tanto, hizo y hace muchísimo por la dignidad continental.
“Aprovecho la ocasión
para decir que es verdad
que hay mucha gente que está
esperando la invasión
La esperan los desclasados,
los viejos capitalistas,
los grandes latifundistas
y demás siquitrillados.
Pero que no anden confiando
en las cosas de la suerte
que hay un pueblo grande y fuerte
que también la está esperando
Porque al que venga a esta tierra
no le queda otro camino
que enfrentarse a su destino
si es que viene en son de guerra”
Ecuajey y Aché.