Milagros de Oriente

¡Cuéntale a los demás!

En julio de 2004 conocimos a Milagros Figuera, en medio de una circunstancia extraordinaria.

Los uruguayos que residen fuera de su país no pueden votar en elecciones  presidenciales. En el Centro Venezolano Uruguayo decidieron hacer eventos a fin de recabar dinero para que entonces los uruguayos residentes en Venezuela pudieran viajar, y así ejercer su derecho al voto en favor de Tabaré Vásquez, del Frente Amplio. Hubo muchos actos de solidaridad activa con los residentes en Venezuela por causas políticas.

Una tarde llegó la invitación: Habría un Encuentro de Música Oriental, música de la República Oriental del Uruguay y Música Oriental Venezolana.

Aquél recinto se llenó hasta el tope.

Apareció una Murga parodiando los temas candentes del momento para los uruguayos, y luego aparecieron el Chico, el Repique y el Piano, los tambores del Candombe haciendo gala de africanía.

El cierre fue la música oriental venezolana. Allí vimos por primera vez a Mónico Márquez y su grupo Estribillo, fundado en 2002 con Milagros Figuera a su lado. El deslumbramiento de todos fue total.

A partir de allí surgió una amistad sólida con base en los valores de la música y en la actitud ante la vida y sus circunstancias.

Tabaré Vásquez ganó la presidencia y lo celebramos felices. Habíamos aportado  para esa migración tan particular. Milagros Figuera siguió haciendo  artes escénicas y musicales, leyendo, cultivando esas cuerdas que amaba tanto y viendo por su país.

Hoy Venezuela la despide con dolor y con mucha gratitud.

Todo el que habló con ella  jamás se pudo desprender de sus sabias sentencias, ni de la música que tanto amaba, venezolana.

No es poco lo que hemos perdido, más el universo la tiene para que nos apuntale y no perdamos la brújula musical de nuestra identidad, la genuina.

Milagros, no vueles, hermana. Quédate acá.

Por siempre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *